Porque El Movimiento De Positividad Corporal Debe Terminar

Primero que nada, me gustaría aclarar que si padeces de sobrepeso es tu culpa y de nadie mas—como todo lo que te sucede. Hacerte responsable de todo lo que te pasa es la raíz de lo que significa ser un hombre de verdad. No importan las excusas que te hayas puesto al momento, solo tienes una persona a quien culpar de tu aparente exceso de grasa corporal: a ti mismo.

Dejando de lado esto, en breve veremos las razones de porque el movimiento de positividad corporal debe terminar para que, de una vez por todas:

1. Te pongas a perder grasa de tenerla en exceso.
2. Dejes de preocuparte de “ofender” a los demás al hacerles ver su obesidad.

Veremos porque, en ambos casos, le estarás haciendo un favor a ti y a la sociedad, irónicamente, al “ir contra la corriente”—cuyo es generalmente el camino verdadero chistosamente.

Si después de leer este artículo no te decides a adelgazar tu mismo—de así necesitarlo, o ser capaz de avergonzar a los demás de su obesidad—especialmente a los que más allegados a tu persona, ya no habrá manera de hacerte cambiar de opinión, y tu y/o las personas que más quieres, estarán destinados a padecer sobrepeso por toda su vida—ser una estadística.

De una vez te advierto, este escrito, como la mayoría de este sitio, es para hombres, y como tal, no está hecho con la intención de que “te guste” o “no ofenderte,” sino de decir la verdad. Para mi, como para todo hombre fuerte, esto es irrelevante, la verdad es lo más importante—razón sobre emoción. Sin mas que agregar, vayamos a ello.

La salud no es subjetiva

El primer punto a considerar, es que la belleza puede o no ser subjetiva, pero la salud no—y de hecho ni siquiera la belleza se puede considerar subjetiva, al menos en el caso del cuerpo masculino, esto debido a que el atractivo físico va fuertemente atado a la salud del mismo. El sobrepeso es el mayor factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, y cáncer, a esto sumándole uno más: la susceptibilidad para contraer el virus COVID-19 y que este tenga un efecto más fuerte, esto debido mayormente a que este sector poblacional suele tener un sistema inmune deteriorado.

De hecho, la gran mayoría de caso graves de COVID-19 al momento, se ha presentado en personas con este tipo de condición metabólica, y es el mayor determinante en la tasa de mortalidad de esta infección. A mayor el porcentaje de grasa corporal, mayor la probabilidad de que el virus afecte gravemente, lo cual, puede conllevar a la muerte. Esta es otra de las razones por las que, si no estas infectado, recomiendo altamente aproveches este tiempo encerrado para adelgazar, y por las que considero a la composición corporal como el factor fundamental de la salud y bienestar.

La naturaleza es despiadada, y pareciera ser que el COVID-19 es una manera de descartar la debilidad de la sociedad. Solo los fuertes son inmunes o sobreviven al virus y, una de los mayores indicadores de fortaleza mental es un cuerpo bien cuidado y optimizado. Si tienes un cuerpo con un alto porcentaje de grasa corporal, además de esto significar que no estas en buen estado físico, también demuestra que no estás suficientemente fuerte mentalmente para poder estarlo—si no lo estarías. Es por esto que la obesidad es un símbolo universal de debilidad.

Obesidad = Debilidad

Puedo decir de primera mano que la pérdida de peso, particularmente aquella correcta—que involucra un plan de entrenamiento de fuerza, no es fácil. Pero es gracias a esto que estoy seguro que cualquier persona que logra perder peso, particularmente al punto de menos 10% gc, es más fuerte que el resto. No solo esto, aquella persona que no padece sobrepeso, demuestra que posee el autocontrol suficiente para no estar llenándose la boca todo el rato de calorías porque le hace “sentirse bien”—emoción sobre razón o, dicho de otra manera, feminidad y debilidad.

Cuando veo alguien con sobrepeso se que no tiene absolutamente nada de control emocional, ya que no ha sido capaz de seguir una dieta hipocalórica y plan de entrenamiento de fuerza de manera disciplinada. Ciertamente ganar músculo tampoco es cosa fácil, pero definitivamente el proceso de pérdida es mucho más difícil, particularmente si esto trata de realizarse con una dieta baja en proteína y/o alta en hidratos. Aun siguiendo esta dieta, aunque no ideal, muchas personas lo han hecho—incluyéndome, así que no hay excusas: “querer es poder.”

Centralmente, la obesidad es el camino de la comodidad y la debilidad. La optimización corporal es el camino difícil, el camino del fuerte, el camino del hombre masculino, el camino correcto. No te voy a decir que “está bien estar gordo” porque no lo está, sino que te haré entender porque esta mal—un poco de “amor duro” por así decirlo. Que tengas sobrepeso no es lo ideal ni para ti ni para los demás. En lugar de ser alguien que resuelve problemas—la última definición de masculinidad, pasas a ser una carga para ti y para los demás.

“Positividad corporal” es, o debería ser,  maximizar lo que tu cuerpo te pueda dar, no decir que “te aceptas como eres” para poder tomar una mentalidad de víctima, poder comerte tanta “comida” chatarra se te ponga enfrente y no hacer ninguna actividad física sustancial. Este tipo de actitud solo puede llevar a tu declive y el de la sociedad. ¿Es esto lo que quieres que haga eco en la eternidad?

En lugar de tratar de “amarte a ti mismo” deberías buscar respetarte a ti mismo. En lugar de buscar a quien más admirar deberías buscar convertirte en un hombre digno de ser admirado por los demás en su totalidad—no porque seas bueno en tu profesión puedes ser obeso, por ejemplo. En lugar de tratar de evitar la incomodidad deberías despertar al guerrero interior que ha guiado a conquistadores y emperadores del pasado. Deberías poder conquistarte a ti mismo y tu alrededor.

La última cosa que quieres es tener sobrepeso. El tener sobrepeso te hace lento, enfermo, y físicamente poco atractivo. Date cuenta de que, por el tiempo que vivimos, posiblemente esto no tiene tanta relevancia, pero en la época de nuestros ancestros el estar obeso significaba que estos podrían ser asesinados con mayor facilidad, y generalmente así sucedía—eran “presa fácil.” 

Y si pensabas decir “bueno, pero esos tiempos ya no están aquí,” te tengo una mala noticia. Estos tiempos de extrema comodidad, abundancia y facilidad, no durarán por mucho más, esto por una realidad de la sociedad que se ha repetido y seguirá repitiendo por el resto de la historia de la humanidad: buenos tiempos crean hombres débiles, y hombres débiles crean tiempos difíciles.

 

Hombres débiles crean tiempos difíciles 

“Tiempos difíciles crean hombres fuertes. Hombres fuertes crean buenos tiempos. Buenos tiempos crean hombres débiles. Y hombres débiles crean tiempos difíciles «.

—G. Michael Hopf

Existe un ciclo que se ha repetido históricamente cada 80 años, 20 años por cada etapa:

1. Tiempos difíciles crean hombres fuertes. 
2. Hombres fuertes crean buenos tiempos. 
3. Buenos tiempos crean hombres débiles.
4. Hombres débiles crean tiempos difíciles.

La última fase de “tiempos difíciles crean hombres fuertes” fue alrededor de 1940, con la introducción de la 2da Guerra Mundial. Derivada de ella, en 1960, surgió la etapa “hombres fuertes crean buenos tiempos,” cuya está considerada como la “época dorada de América.” Consecuentemente apareció la era “buenos tiempos crean hombres débiles” en 1980, en donde tuvo aparición el feminismo y la figura del hombre fuerte y masculino comenzó a despreciarse y distorsionarse—para muestra, Michael Jackson, el Glam Metal, el Grunge, y Prince. 

Finalmente, nos encontramos en la última etapa del ciclo “hombres débiles crean tiempos difíciles,” en donde podríamos considerar fácilmente a los millenials como la generación más débil y emasculada de las 4 mencionadas, en donde “las mujeres mandan” y los hombres han sido relegados a algo “opcional” gracias a la extrema participación del estado que los sustituye. Correspondientemente, en este mismo año (2020) comienza la etapa más “temida” pero, en este instante, más necesaria: “tiempos difíciles crean hombres fuertes,” repitiéndose así el ciclo. Considerando lo que está pasando con el “virus chino” creo que deberíamos comenzar a prepararnos.

Puede que el virus en sí no sea el responsable directo y, de hecho, lo dudo mucho, pero la consecuencia de su presencia, o mas bien, la consecuencia del impacto socio-económico debido a su existencia, definitivamente será un causante de guerra—civil o mundial. Esto lo digo con fuertes esperanzas de equivocarme y poder reírnos de esto en el futuro, pero la realidad es que lo dudo. Un fuerte conflicto se aproxima al estar entrando a la etapa “tiempos difíciles crean hombres fuertes,” cuya proviene de un ciclo que se ha repetido desde tiempos inmemorables en cuyos se incluye la caída de roma, la guerra de independencia de américa, la guerra civil estadounidense, y la segunda guerra mundial.

En todos estos caso el ciclo ha sido el mismo. La civilización comienza a partir de una conflicto que crea momentos difíciles cuyos fortalecen a los hombres. Posteriormente estos hombres fuertes crean buenos y cómodos tiempos caracterizados por extrema abundancia de recursos. Los buenos tiempos y extrema comodidad debilitan a los hombres. Y los hombre débiles producidos por los buenos tiempos engendran tiempos difíciles, y el ciclo se vuelve a repetir una y otra vez.

Este ciclo histórico infalible no tiene nada de “mágico,” ni es algo que se repite necesariamente a nivel mundial, sino que es completamente lógico y dependiente de cada agrupación social particular. Simplemente la extrema comodidad debilita a los hombres, contrario a los hombres fuertes que tuvieron que serlo así para poder traer una sociedad de esta naturaleza a la realidad. Estos “nuevos” hombres débiles, simplemente debido a esta misma debilidad percibida, predisponen a la agrupación en cuestión a 2 situaciones: la invasión o la revolución.

Similar a como un “bully” solo ataca a los individuos que percibe más débiles que él, así también solo otra sociedad decide atacar a otra para apropiarse de sus recursos, o solo esta se vuelca contra sí misma para cambiar las posiciones de poder y control de la agrupación—la misma definición de “guerra civil” y revolución. Adicionalmente, generalmente los hombres débiles, debido a estos encontrarse en una posición de abundancia—la misma abundancia que los transformó en hombres débiles, comparado con aquellos que buscaran tomarla y han sido fortalecidos por la escasez, se encuentran también en una posición de “todo que perder,” en contraste con su contraparte que se siente con “nada que perder” y, por ende, “todo por ganar” al atacar. La primera es una posición de miedo y debilidad, la segunda es una posición de fuerza y posibilidad.

En combinación, esto solo crea una situación en cuya los hombres en posición de abundancia, una vez estos han sido debilitados por la misma, también se encuentran en la posición más vulnerable, y por lo tanto, expuestos al ataque irremediable de cualquier otra agrupación de hombres fortalecidos por la adversidad y con mayor necesidad. De hecho, podríamos decir que, en este escenario, estamos viendo los hombres débiles creados por los buenos tiempos enfrentarse a los hombres fuertes engendrados por tiempos difíciles. Los primeros van terminando el ciclo de prosperidad, los segundos, de salir exitosos del conflicto, lo estarían comenzando.

La única manera potencial de salirte de este ciclo es estando conciente de el y jamas permitirte el dejar que la extrema facilidad y comodidad gobiernen tu vida, y con ello, te lleven a la debilidad. Ciertamente, en este mundo de madres solteras y padres emasculados, tendrás que hacer un poco (o bastante) de reflexión y auto-mejora para cambiar todas las pre-concepciones sociales y familiares que muy seguramente te han formado, como a la mayoría de los hombres de nuestra era, en un hombre no tan masculino como el de nuestros antepasados. Sin embargo, aún estamos a tiempo de cambiarlo.

Ultímadamente la pregunta que te tienes que hacer es: ¿como piensas estar y quien quieres ser al estar del otro lado—cuando todo haya pasado? Actúa acordemente. Despréndete de la debilidad.

 

Es bueno avergonzar a alguien por su sobrepeso

Por el bien de la persona en cuestión y la sociedad en general, es bueno avergonzar a alguien por ser obeso. La obesidad significa, además de debilidad, que la persona con sobrepeso ha estado ingiriendo más calorías de las que su cuerpo necesita, consumiendo así recursos innecesarios que podrían haber servido mejor a aquellos realmente les hacen falta, o simplemente disminuyendo el desgaste del planeta. Por si esto fuera poco, las enfermedades que pueda padecer debido a su obesidad incrementan los gastos en cuestión de salud del estado, de no ser estos pagados directamente por el individuo que los padezca—y en cualquier caso, de nuevo, desgastando más al planeta.

La mayor herramienta de la cultura de honor es el avergonzamiento y, de hecho, la vergüenza es el antónimo del honor. Al avergonzar a alguien por su obesidad le estas haciendo saber que no está a la altura de las expectativas del grupo, lo cual le afecta tanto a esa persona como a la comunidad, por lo que tiene que cambiar para poder considerarse parte de esta. Al avergonzar a alguien le estás forzando a adaptarse a los estándares del grupo al hacerle saber que, de no ser así, jamas sera completamente aceptado. Esto es bueno.

La “positividad corporal” es la epitome de la irracionalidad al está fomentar la destrucción de nuestros cuerpos y la sociedad solo para evitar “lastimar los sentimientos” de los demás. El movimiento de positividad corporal es exactamente lo mismo de si hubiera “positividad del fumador” o “aceptación de cocaína.” Además, porque solo “proteger” a los individuos con sobrepeso, y no a su contraparte, los anoréxicos. Por lo menos los últimos ahorran recursos en comparación con los primeros.

Conclusivamente, por donde lo veas, padecer de sobrepeso, cuyo consideraría pasado el 20% de grasa corporal en el hombre, no es bueno ni para ti ni para la sociedad. En el único escenario en el que saldrías aventajado sería en una hambruna total, en cuya dispondrías de suficiente energía almacenada para alimentarte de ella y, por lo tanto durarías más. No obstante, inclusive en este escenario este beneficio sería argumentable, ya que serias alguien inferior en cualquier otro aspecto que involucre desempeño físico y movilidad—ej., adquirir agua o alimento.

Además, puede que anteriormente la adquisición de calorías fuera una labor intensiva, pero en la actualidad se puede encontrar fácilmente a la vuelta de la esquina, por lo que el “morirte  de hambre,” aun y en las sociedades más pobres, roza en la imposibilidad. Deja la debilidad y ponte a adelgazar de ya. Tu salud, atractivo, y bienestar te lo agradecerán. La sociedad te lo agradecerá.

 

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