La Crisis De Los Chicos —Cómo Ser Masculino En Un Mundo Femenino

Uno de los mayores problemas de la sociedad moderna es la crisis de los chicos. Más concretamente, a muchos chicos se les está dificultando convertirse en hombres, se les está dificultando ser masculinos en un mundo que les dice que no deben serlo, en un mundo femenino.

Habiendo ya lidiado con esta situación personalmente, me es familiar la problemática que esto pudiese representar, tanto a nivel individual como social. Uno cree que convertirse en quien uno es está mal, y nada podría estar tan alejado de la verdad. En la era actual, a los niños se les está tratando como niñas defectivas, individuos que deben ser “domados” y reformados. Y aunque por supuesto, como toda cría, niño o niña, estos deben ser educados, esto debería estar basado en sus características innatas, no en un (infundado) “ideal” de “igualdad”—que parece más desigualdad.

Hombres y mujeres no somos iguales, no por una poca diferencia, sino que en lo absoluto. Tanto así que puedes obtener la respectiva inclinación de un hombre mediante la inversión de la de una mujer y viceversa, o por lo menos cambiar el orden de priorización de estas. En donde una mujer vive primariamente por tener una familia por ejemplo, un hombre lo hace por aportar valor a la sociedad. Esto no significa que el hombre no quiera ser padre, sino que no es tan importante como su aporte social. Esto es evidente si observamos que un fracaso como hombre, considerado así tanto por el colectivo como por sí mismo, es aquel individuo improductivo; en cambio, aunque no le guste al feminismo, lo mismo sucede con la mujer pero en cuanto a tener una familia completa.

Así como un hombre puede jamás tener una familia, mientras sea productivo será considerado, de nuevo, tanto por el colectivo como por sí mismo, como exitoso, como valioso; así también la mujer puede no tener una buena “carrera”, o n siquiera tener una carrera, y mientras tenga una familia completa—no sólo hijos, sino también un buen hombre; o por lo menos una pareja si no se quiere o puede tener descendencia, será considerada exitosa, igualmente, por si misma y la comunidad.

Importantemente, esto no viene tanto de la cultura como de la biología, evidenciado en hombres solteros exitosos felices y mujeres sin-“carrera” pero con familia satisfechas. Claro, lo mejor en ambos casos sería poder tener los 2, carrera y familia, pero siempre preservando su respectiva prioridad—carrera en hombres y familia en mujeres. Con la masculinidad, y de hecho derivado de lo mismo, sucede algo parecido—esto no se deriva de un “constructo social”, sino de la biología… 

 

Que es la masculinidad

La masculinidad, así como la feminidad, no son constructos sociales intercambiables, sino aspectos de la personalidad bien definidos desde nuestra biología, que al ser desplegados en forma de comportamientos se representan en su forma tradicional, como “estereotipos”. La masculinidad se traduce generalmente a “fortaleza y excelencia” debido a que el cerebro masculino posee las funciones cognitivas de razón y sensación en forma rígida, lo que le confiere protección contra la influencia externa—tanto física como cognitiva, y porque suele priorizar la razón sobre la emoción, lo que le ayuda a optar por comportamientos asociados con un objetivo racional antes del placer.

En conjunción, estas características del hombre masculino le confieren la ventaja/desventaja (depende de como se quiera ver) de siempre querer ser más y hacer más. Todo debe hacerse con un propósito, y qué mejor propósito que convertirse en lo mejor que uno pueda ser. No obstante, en la sociedad actual, estos elementos son castigados desde la escuela, en donde los niños más curiosos y activos (como debe de ser) son calificados como “rebeldes” en el mejor de los casos, y con “trastornos psicológicos” como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD) en los peores. Siendo este el caso, yo no diría que el niño está enfermo, sino demasiado saludable.

Siguiendo la dinámica Yin-yang, la masculinidad siendo el Yang alusivo de este principio, lo masculino está hecho primariamente para dar/producir , mientras que el Yin para recibir/consumir. El Yin, la feminidad es espacio y posibilidades; el Yang, la masculinidad, es realización y realidades. Ambos extremos son necesarios, el Yin da el espacio para que la acción del Yang pueda tener lugar, pero nunca debe dejar de apreciarse que el Yang es “lo que es” y el Yin es solo la ausencia de lo que es”. De no existir Luz/Yang, de no existir acción, de no existir masculinidad, nada más existe.

Así como sin oscuridad no podría distinguirse la luz, pero sin la luz no hay nada, la oscuridad es solo la ausencia de la presencia de la luz, y como sin la falsedad no podría distinguirse la verdad, pero la mentira es solo la ausencia de la verdad; así también sin la feminidad no podría distinguirse la masculinidad, pero la feminidad es solo la ausencia de la masculinidad, lo que es, la luz, el Yang.

Siendo esta la realidad, algo que puede traducirse a la naturaleza del universo como “logos” y “eros”, como “esencia” y “materia”; eros son solo átomos, materia inerte, la “tierra”, el caos; mientras que logos es el soplo que da forma a la materia, la vida, “el cielo”, el orden, el último principio, “la palabra de Dios” por la que todo se hace y lo que todo se mueve, lo único que es. Logos puede existir en ausencia de Eros, pero no a la inversa—la materia no puede no puede tener forma sin orden. Similar a la masculinidad, al Yang, Logos es inamovible, el significado de la vida.

En un mundo en donde solo existiera feminidad—posibilidades y espacio, no habría progreso en ningún sentido, al punto tal que dejaría de inclusive existir la humanidad. (Aclarando, me refiero a feminidad, no a las mujeres, de las cuales, en una circunstancia como tal, saldrían a relucir las más masculinas para cubrir la deficiencia en esta característica.) Caso contrario, en un mundo de solo masculinidad, dejando de lado el aspecto reproductivo en donde solo existiendo mujeres masculinas se podría mantener la supervivencia de la especie obviamente—ej., Esparta, aunque definitivamente no ideal—la belleza sería una extrema rareza, si se podría tener una sociedad.

Todo esto no es para argumentar “cual es más importante”, y ciertamente vivir en un mundo carente de feminidad sería algo casi-insoportable a largo plazo, sino más bien para argumentar por la gran importancia que tiene esta característica en la humanidad, algo que, sospechosamente está siendo atacado últimamente. Así como mi argumento no es que todo el mundo debería ser totalmente carnívoro, sino que todo mundo debería poder comer carne si así lo prefiere—lo más saludable, así también mi argumento no es que todos deberíamos ser masculinos—algo imposible, sino que a la masculinidad debe dársele su apropiado lugar y respetársele como lo que es—la Luz.

Algo a remarcar, que dice mucho, es que la masculinidad es altamente apreciada en momentos en que la supervivencia está en juego—guerras, hambrunas, depresiones, etc., pero despreciada cuando la comodidad está altamente presente. Una sociedad primariamente masculina, ordenada, objetiva, racional, es ascendente; mientras que una primordialmente femenina, subjetiva, caótica, y emocional es decadente. En palabras de Will Durant “una nación nace estoica y muere epicúrea”. 

 

Madres solteras

El factor principal de la crisis de los chicos, especialmente en cuanto al lado de “educación” se refiere, es aquel de las madres solteras, más específicamente la ausencia de figuras paternas.

La mayor representación de la masculinidad, y de hecho de divinidad, en la tierra, particularmente en la familia, es el padre. Siendo la masculinidad estructura y orden como ya vimos, la ausencia de la figura paterna, tanto en la sociedad como en la familia, solo puede derivar en una cosa, caos. Está bien que la feminidad sea frescura y locura que le da color y “sabor” a nuestras vidas, pero sin la estructura provista por la masculinidad, sin el “logos”, solo puede seguir la decadencia de nuevo, tanto de la familia como de la sociedad. Algo altamente evidente en la era actual.

Donde la tolerancia e inclusión son rasgos de la feminidad, aquellos de límites y estándares son de la masculinidad. Es por esto que a una madre femenina le es difícil ejercer barreras y estándares en los hijos, algo indispensable si se quieren tener hijos con dirección, y que no solo se mueven a través de su instinto y emoción, hijos que saben retrasar la gratificación inmediata a manera de llevar una vida más satisfactoria. Curioso caso es el de los 2 hijos de Arnold Schwarzenegger, por ejemplo (foto). El hijo que se quedó con Arnold, el padre, es quien luce mejor físicamente, más disciplinado; contrariamente el que se quedó con la madre, luce obeso y hasta algo afeminado.

Este tipo de casos los vemos en todos lados, donde por ejemplo en la comunidad afroamericana se comenzaron a emplear elementos femeninos en la vestimenta, como pendientes en las orejas y bandanas en la cabeza, derivado mayormente de ver a sus madres y hermanas usándolos en lugar de observar lo que sus padres utilizaban, al estos no estar presentes. Así también el fenómeno de “los tiradores masivos de escuelas” se encuentra enraizado en esta causalidad, al estos chicos no saber cómo reaccionar a las vicisitudes y retos que la vida les presenta—ej., rechazo, burlas, etc.; solo reaccionar emocionalmente, como una mujer, como lo ven en su madre, como no lo ven en su padre—la preferencia de la razón sobre la emoción es una de las mayores distinciones entre sexos.

Así también, al no existir estándares ni barreras, la preferencia de placer sobre propósito, en lugar de propósito sobre placer se suscita, tanto en hombres como en mujeres, resultando tanto en chicos sin dirección, como en mujeres promiscuas. En ambos casos, al ser la sociedad (trabajo) el propósito primordial del hombre, y la familia (hijos) el de la mujer, ante la ausencia de padres que provean estos estándares, es evidente el porqué en la era de mayor abundancia en la historia de la humanidad, también nos encontramos con las mayores tasas de depresión y falta de significado.

El hombre, y con esto me refiero a hombres y mujeres, es la encarnación de significado en la tierra. Sin una misión social por el lado del hombre, y una familia completa por el lado de la mujer, ningún individuo está cumpliendo con su cometido, algo que generalmente deriva en desesperación en el mejor de los casos, y nihilismo en el peor. ¿De no existir razón para vivir que otro resultado puede existir?. Y aunque ciertos intelectuales “despiertos” argumentan por qué estos propósitos pueden ser intercambiables, pudiendo un hombre ser un “padre de tiempo completo” por ejemplo, creo que aunque posible, no es lo ideal, ya que es evidente que biológicamente un hombre puede pasar su vida sin tener familia, pero una mujer no, o al menos no felizmente, al menos no sin un hombre.

Repetidamente, así como el sol es independiente y tiene luz propia, también el hombre masculino. En cambio, así como la luna depende de la luz del sol para brillar, también así la mujer femenina. Como en todo, por supuesto que existen excepciones, pero por lo mismo al ser excepciones, estas prueban la regla, y su importancia es irrelevante al estas por naturaleza encontrarse en la minoría.

Ultimadamente, de seguir existiendo hombres masculinos y mujeres femeninas, como lo dicta el orden universal, seguirá existiendo la necesidad de la figura paterna. Ante su ausencia, resultando en una sociedad como la actual—pérdida. A menos que la masculinidad sea suprimida, como lo están intentando hacer ahora mismo, esta problemática se mantendrá en la sociedad. Aun y si tuvieran éxito, todo corre en ciclos, por lo que, de alguna manera u otra, “el retorno del padre” es inminente. ¿No obstante, en lo que esto sucede, como hombre, qué es lo que tú puedes hacer para evitar la crisis de los chicos?

 

Adáptate

Una regla fundamental de la salud mental, así como el principio pilar del estoicismo, es: “enfócate en lo que puedes cambiar e ignora lo que no”. Uno no puede cambiar las dinámicas de la sociedad, al menos no a primera instancia. Uno no puede cambiar su personalidad, entre lo que se encuentra la masculinidad, o al menos no mediante alguna intervención hormonal, y estos probablemente con efectos relevantes sólo si son aplicadas en ciertas etapas. Lo que uno sí puede modificar es la estrategia y acciones realizadas como respuesta a estas 2 circunstancias (o cualquier otra). Siempre se debe aspirar a hacer lo mejor con lo que se tiene, no importa que sea.

Es un hecho que la sociedad está cambiando y continuará cambiando—a menos de que pase algo extremadamente drástico. Cada vez elementos naturalmente masculinos como la fuerza física y la preferencia por la exposición a la naturaleza y/o trabajos manuales—objetos sobre personas, serán reemplazados en el área laboral por aquellos más relacionados con personas y/o conceptos. No es como que esto esté muy alejado, donde ya mismo es evidente que personas en tanto el área de medicina como desarrollo de soluciones (ej., ingeniería) son los que más rentables en la industria.

Por otra parte, como hombre, regocíjate. Contrario a tiempos anteriores, así como las mujeres se han ido liberando, y de hecho como mecanismo de compensación de esta situación, los hombres también pero de manera inversa. En donde las mujeres, gracias mayormente al feminismo están tomando mayores responsabilidades laborales para independizarse, el hombre ahora, por primera vez en la historia, tiene la opción de tomar menos. Cuando antes uno tenía la obligación de ser el proveedor exclusivo de la familia en ausencia de presencia o con ella, ahora puede balancear esta carga con la mujer para, de esta manera, vivir una vida más “balanceada” y menos presionada.

Donde antes era el “deber” de un hombre el sacrificarse por los demás, particularmente mujeres y niños, tanto en la guerra como después, en su carrera—optando por trabajos que pagan más en lugar de aquellos que le proveen de mayor satisfacción, ahora todo hombre tiene la opción de 1) no ir a la guerra (en caso de haber alguna en el futuro) y 2) elegir la carrera que más le convenga de manera “no-tan” dependiente de la retribución económica potencial que esta pudiera generar.

Esto es importante, porque aunque la energía masculina aún está allí, en lugar de emplearla para lo que la sociedad nos indique, “nuestro deber”, ahora podemos canalizarla hacia el propósito que más nos plazca, nuestro destino. De esta manera, no solo podemos obtener satisfacción, sino también felicidad, al mismo tiempo, algo que era casi imposible de experimentar en tiempos pasados, o al menos quedaba reducido a solo unos cuantos privilegiados, ya que, de no tener que ser un guerrero—como la mayoría, se tenía que elegir, y a veces no se podía siquiera elegir, de entre el resto de trabajos mayormente manuales, que para alguien más intelectual, por ejemplo, no le sería de mucho beneficio, tanto en temas de felicidad como en aquellos de efectividad. 

Vivimos en tiempos insólitos en los que el “músculo” será cada vez más reemplazado por la inteligencia, tanto racional como social, por lo que personas más intuitivas, en lugar de aquellas más “apegadas al mundo”, son las que irán tomando cada vez más la delantera en el área profesional, especialmente a partir del evento mundial ocurrido en 2020. Cuando antes un hombre “no tan brillante” podía compensar esta desventaja con “trabajo duro” en áreas laborales más manuales, ahora cada vez más estas serán reemplazadas por robótica e inteligencia artificial.

Los conductores serán reemplazados por autos que se manejan a sí solos. Las labores manuales de construcción y manufactura serán reemplazadas por automatización mediante robótica. Esto está tan cercano que parece increíble cómo la gente no se lo imagina. Tanto Tesla como Aurora ya están diseñando carros automáticos, y en la industria de manufactura (a la que soy muy allegado) ya se escuchan términos de “manufactura del futuro” e “internet de las cosas”. Cada vez la percepción de los detalles y los trabajos manuales realizados por seres humanos quedarán más inutilizados.

Ahora la visión de “la fotografía más grande”, tanto en su modalidad racional (innovación) como emocional (influencia), serán los impulsores de la economía mundial. El que no pueda inventar y/o vender nuevas formas de hacer las cosas no podrá progresar en el área profesional. Esta es la razón, aunado a el evidente sexismo derivado del feminismo, que las mujeres están arrasando en el área laboral. Su mayor predisposición por la emoción y sociabilidad las hace más adeptas a la empatía y la inteligencia emocional, especialmente si en combinación con la intuición—función cognitiva raramente priorizada por la sociedad desde la biología donde solo ~25% lo suelen hacer.

El hombre que logre adaptarse a las circunstancias, comenzando a pensar más en grande y/o por adelantado, particularmente por su innata capacidad para preferir la razón (lo que es mejor) sobre emoción (lo que nos hace sentirnos mejor), es quién ganará al final. Solamente tienes que darte cuenta de esta realidad y comenzar a actuar en consecuencia. Solamente tienes que tomar completa responsabilidad y optar por el largo plazo. Como dice el duro dicho “adáptate o perece”.

 

Se el sol

Es cierto que la mayoría de las personas no hacen lo correcto, pero es por eso que tu tienes que hacerlo. En cuanto a la crisis de los chicos, como hombre, ser masculino es tu propósito divino.

Es evidente que la masculinidad no es muy apreciada hoy en día, y para ser realistas, tampoco muy necesaria. En una era de comodidad en que todo es sencillo y los trabajos manuales son cada vez menos requeridos, las características asociadas con lo masculino se ven cada vez más “opcionales”. No obstante, se nos olvida que esta comodidad de hoy en día fue construida por la masculinidad, por hombres que quisieron facilitar nuestra vida. Esto es algo crucial a considerar porque así como se necesita un mecánico cada vez que el automóvil falla, así también la masculinidad, el hombre, el padre, tendrá que retornar en momentos de dificultad para reparar a la sociedad, para ordenarla.

Con conocimiento de esta realidad, aunque la masculinidad en periodos como el actual es algo más que necesario, opcional, lo mejor es mantenerla activa y presente regularmente para esos momentos inesperados en donde sea requerida. Adicionalmente, aunque de menor importancia ciertamente, el desplegar esta masculinidad te proveerá de un mayor atractivo ante las mujeres, especialmente en momentos en que esta este careciente en hombres, como en la sociedad actual. 

El primer paso, y de hecho esencial, es el optimizar tu producción de testosterona, la hormona primaria masculina. Biológicamente, es de esta hormona que los comportamientos masculinos provienen—ej., coraje y anhelo por los retos, o por lo menos se refuerzan, de manera automática. Para comenzar, deja de comer soya, levanta pesas, evita la exposición estrogénica—Plásticos, jabones, perfumes, desodorantes, etc.; nútrete bien—comiendo carne, y asólate regularmente. 

En materias de mentalidad, siendo la afeminación el apego al placer, la mejor manera de evitarla es mediante la remoción del placer, mediante la imposición voluntaria de adversidad, el volverse cómodo con la incomodidad. En otros términos, el desplegar el arquetipo masculino del guerrero. Es lo más lógico que entre más te acostumbres a experimentar situaciones adversas, con la cabeza clara, mayor será tu capacidad para lidiar con ellas de la mejor manera, de la manera más racional.

Conclusivamente, si requieres de un símbolo que te recuerde de no tener miedo-a, y de hecho te impulse-a ser masculino, solo se como el sol. El sol, al mismo tiempo que da luz a todos sin esperar nada a cambio, es el punto de referencia, de gravedad, de dirección, el orden de las cosas. Aspira a ser aquel líder verdadero que mantiene la cordura cuando todos la están perdiendo y no titubea en poner en acción el plan que considera como el correcto, aquel alineado con la verdad y la vida. Últimamente, como dijo alguna vez Mahatma Gandhi, «sé el cambio que deseas ver en el mundo«.

 

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