Un hombre vive por el logro—o debería hacerlo. Es cuando un hombre no tiene al menos un propósito de vida que pierde el sentido de la misma y no le queda más opción que hundirse en la depresión. Es un hecho que para lo masculino, la vida está hecha no de comodidad, tranquilidad, y placer, sino de retos.
¿Sin embargo, para que enfrentarse a retos que no se tiene la posibilidad de superar? ¿Para que autoimponerse objetivos que no podrán ser cumplidos?
Toda meta, aunque esta pueda o no al final ser realizada, debería ser pensada y trabajada como tal. Es el éxito, y no el fracaso, lo que nos provee de autoconfianza y nos impulsa a obtener más—es un círculo virtuoso, a mayor éxito mayor confianza y viceversa.
El valor de todo hombre, contrario al de la mujer, no es preservado, sino obtenido. La belleza, la inocencia, y la jovialidad característicamente atractivas de la feminidad, son provistas por la naturaleza y mantenidas por una vida alineada con esta realidad. Contrastantemente, fuerza, confianza, y poder, cuyas son características representativas de la masculinidad debido a su capacidad para proveer, no son de ninguna manera naturalmente brindadas, sino que deben ser cultivadas.
Esta verdad nos encamina a la realización de que todo hombre que quiera expresar su máximo potencial, debe ser capaz de alcanzar sus metas con facilidad. Es por esto que en esta ocasión te enseñaré una de las más importantes y útiles herramientas de vida: cómo cumplir tus metas fácilmente.
Identifica
“Cualquier cosa que la mente pueda concebir y creer, la mente puede lograr.”
—Napoleon Hill
Centralmente, y como veremos posteriormente, toda meta que pueda ser dividida en pasos alcanzables es “realista.” Si la puedes pensar, la puedes alcanzar.
Este concepto es muy importante, por que muy seguido nos limitamos a metas que creemos “alcanzables,” y descartamos las otras más ambiciosas y potencialmente satisfactorias, solo por que son aparentemente “imposibles.” Ponme atención, nada que tenga pasos realizables es imposible, nada.
Por ejemplo, si tu meta es viajar a la luna—meta que sinceramente no entendería, pero allá cada quien; puede que esta requiera mucho tiempo, dinero, y esfuerzo pero si lo analizas bien, si lo divides en todos los pasos necesarios, es algo totalmente posible, tanto así que ya se ha hecho. ¿Porque aclaro esto? Por un factor crucial: la motivación.
Por pura definición, toda acción proviene de la motivación. ¿Para que hacer algo que no te regresará nada a cambio? ¿Algo por nada? No gracias. Motivación = acción.
Al día de hoy, sigo sorprendiéndome por “descubrimientos” de conceptos que son tan evidentes pero que no vemos por nuestra innata característica como humanos de querer racionalizarlo todo, complicando así aún más los “problemas” de lo que realmente son.
Como ejemplo, miles de estudios, científicos, y nutricionistas tratando de identificar cual es la mejor dieta para la humanidad, siendo esto tan evidente. Similarmente, se nos recomienda evitar la luz solar de manera directa usando bloqueador y lentes polarizados, pero eso sí, también suplementarse con vitamina D3—cuya solamente puede ser producida en cantidades suficientes en el cuerpo mediante la exposición directa y prolongada a la luz solar. ¿Que no es algo a lo que hemos estado expuestos por cientos de miles años? Bueno, pues un caso similar es el de la motivación.
¿Porque la gente no se motiva, porque no tiene disciplina? Sencillo, porque la tarea no es lo suficientemente motivante para el individuo que la tiene que ejecutar. ¿Si el resultado esperado no supera al esfuerzo a ser empleado, porque realizarlo? Es una ley básica de inversión—inviertes en algo para recibir algo de valor similar o mayor a cambio, y sin embargo no considerada por el mundo de la “motivación.” Es por esto que es muy importante el ponernos metas relevantes para nosotros.
Es chistoso. Como seres humanos nos jactamos de lo racionales que somos. Sin embargo, las emociones, y no nuestras mentales rumiaciones, son la razón detrás de la mayoría de las decisiones que tomamos. Queremos hacer lo que nos hará sentirnos bien y tratamos de evitar lo que nos hará sentirnos mal. A largo plazo, si la meta no es la correcta, no nos servirá ni la mayor cantidad de poder de voluntad.
Es solo una pérdida de perspectiva lo que nos hace perder la motivación por hacer las cosas no tan “divertidas” que nos encaminan a obtener lo que decidimos querer. Cuando decidimos jugar un videojuego en lugar de estudiar para convertirnos mejores en nuestra profesión, estamos perdiendo de vista la imagen completa, estamos tomando una perspectiva momentánea en lugar de una a largo plazo. Lo que se nos olvida es que siempre se paga. Toda acción tiene una reacción. O pagas ahora o pagas mañana—si, te la pasaras muy bien jugando videojuegos hoy, pero serás un mediocre en tu profesión el día de mañana. No hay de otra.
Igualmente importante, si no te ves adquiriendo lo que quieres mediante las acciones que tienes enfrente, no querrás hacerlas—para que siquiera intentarlo. Es por esto que no solo la meta en sí, sino la confianza en poder culminarla, son factores altamente relevantes en materias de motivación y la derivada ejecución de la planeada acción.
¿Si tu plan de dieta y ejercicio no te hiciera sentirte y/o verte mejor querrías seguirlo? ¿Te bañarías con agua helada por la mañana si esta no te ayudará en nada? ¿Irías a trabajar por 8-10 horas todos los días si esto no te proporcionará una recompensa monetaria? ¿Ves a donde quiero llegar? Generalmente todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene un “porqué” detrás.
Cabe resaltar que, hay que aprender a distinguir entre procrastinación y pereza; los cuales, aunque a primera instancia puede no lo parezca, son muy distintos. La dilación es generalmente una forma de intuición que nos hace evitar la realización de actividades que no nos serán provechosas—ej., iniciar una carrera/negocio que subconscientemente sabemos muy probablemente va a fracasar. Por otro lado, la pereza viene de simplemente de la preferencia por la gratificación instantánea sobre la satisfacción duradera—ej., ver pornografía en lugar de experimentar a una mujer de verdad o canalizar esa energía masculina en actividades más productivas.
La procrastinación es un mecanismo subconsciente de protección, mientras que la pereza es simplemente una falta de fuerza de voluntad o capacidad de priorización—de nuevo, cuando desconozcas las razones detrás de tus emociones, busca el “porqué”. La primera te hace evitar involucrarte en acciones que no te serán muy ventajosas y es más veces que no una intuición acertada. La segunda es simplemente una falta de carácter y autodominio y siempre conlleva hacia el derroche de recursos que pudieron haber sido empleados de manera más productiva, y el posterior arrepentimiento en que esto deriva.
Este concepto es uno que necesitas forjar bien en tu mente, ya que es sencillamente el más importante en cuanto a el cumplimiento de metas se trata. Si esto no es considerado, si la meta planteada no es auténtica—no es lo que se quiere realmente, todo lo demás sera en vano y, de hecho, mayormente una pérdida de tiempo. Ahora, pasando a la materia en sí—del “porque” al “que.” Definamos tus metas.
Primeramente, crea una lista de las cosas que quieres ser, tener, y hacer. Para cada concepto crea una columna—”ser” en la primera, “tener” en la segunda, y “hacer” en la última. Recuerda, no te limites, deja volar la imaginación—ya después veremos si lo necesario para alcanzarla vale la pena o no.
Una vez tengas tus 3 listas, ordénalas por orden de importancia descendente reescribiendo las listas o colocando el número de prioridad a un costado—el elemento de mayor importancia tendrá un “1”, el segundo un “2”, el tercero un “3”, etc.
Ahora, mira bien al primer elemento de cada lista. Cada uno de estos será el enfoque de tu vida de aquí hasta su culminación. Una vez termines un objetivo de cada una de estas 3 listas pasarás al siguiente—uno para “ser,” otro para “hacer,” y otro para “tener;” por lo que es muy importante que guardes seguramente este escrito.
De gran importancia es aclarar, que solo te debes enfocar en 3 objetivos a la vez—uno por categoría, ya que si tratas de trabajar en más de 3 objetivos al mismo tiempo, te será casi imposible poder cumplirlas de manera eficiente. Solamente hasta haber culminado la meta más relevante de cada una de las 3 listas te pasas a la siguiente—no antes. Ahora sí, pasemos a la planeación de las metas en cuestión.
Planea
«No hay viento favorable para el marinero que no sabe a dónde quiere ir.»
—Séneca
En esta sección veremos si tus metas son realmente realistas o no: ”el plan de acción.” Siendo esta la más estratégica de las etapas requerirá del mayor enfoque, investigación, y reflexión.
Primero que nada, toma una de las 3 metas. Acto seguido, tendrás que enlistar todas y cada una de las actividades u “objetivos secundarios” que tienes que realizar acabó por orden cronológico. Idealmente, coloca los tiempos estimados para la completación de cada actividad en cuestión.
Si no sabes qué tareas son necesarias para terminar un objetivo en particular o como realizarla, tendrás que añadir como tarea en sí, su correspondiente investigación. Entre más claras sean estas “mini-metas” mejor. Si uno de estos objetivos intermedios es “inalcanzable” o simplemente no tienes ni idea de cómo sería posible realizarlo, tendrás que regresar a la etapa de “identificación” para tomar otra meta o examinar a detalle el porqué no se ve una manera de efectuar su ejecución.
Similarmente, a cada “mini-meta,” de ser esta completable en un periodo considerable de tiempo—i.e., no horas, sino días; deberán serle asignadas “rutinas.” Esto por una simple razón: la consistencia.
«La consistencia a largo plazo triunfa sobre la intensidad a corto plazo.»
—Bruce Lee
La disciplina no es más que ordenarte a ti mismo el realizar una tarea que no quieres hacer por un objetivo que quieres realizar. La importancia de la disciplina recae en el empleo de nuestro poder de voluntad para continuar con una rutina que sabemos nos acercara a donde queremos llegar—especialmente cuando no nos sentimos con la suficiente energía para realizarla.
Ciertamente, es la consistencia, no la fuerza de voluntad, la fuerza detrás de los mayores desarrollos de la humanidad. En grandes hazañas no son el coraje momentáneo, sino la persistencia y paciencia a largo plazo lo que produce los mejores resultados.
Solamente mediante consistencia a largo plazo, es decir, mediante rutinas, podrás adquirir el cuerpo masculino ideal—al adherirte a tu plan de entrenamiento y dieta, desarrollar tu propósito, o volverte bueno con las mujeres, solo por nombrar unos ejemplos.
Disciplina es libertad. Una vez una rutina ha sido bien implantada en tu estilo de vida, mas difícil sera el no cumplirla—ej., si sueles ejercitarte 4 días a la semana por la mañana, te sentirás “mal” cuando no lo hagas. En otras palabras, no tendrás que invertir casi nada de fuerza de voluntad al realizar rutinas que ya han sido firmemente implantadas, y que ya más que actividades forzadas, se han convertido en hábitos.
Teniendo ahora el plan de tus 3 objetivos bien descritos—con paso alcanzables y rutinas bien definidas, es momento de priorizar y actuar, pasando así del “porqué” y el “qué, al “cómo.”
Prioriza
«Porque nada debería ser realizado sin un propósito.»
—Marco Aurelio
Fundamentalmente, en la vida de todos, existen 3 tipos de tiempo en materias de éxito:
- Tiempo desperdiciado. Este tiempo es tiempo que no contribuye a nada productivo—películas, series de TV, redes sociales, etc.
- Tiempo de mantenimiento. Este tiempo es necesario, pero no mejora nuestra vida en un sentido sustancial—cubrir necesidades básicas corporales (ir al baño, dormir, comer, etc.), realizar tareas rutinarias necesarias (ej. ir a trabajar para sostenernos), etc.
- Tiempo de mejora. Este tiempo es el que conduce a la mejora, no solo el mantenimiento, de uno o más ámbitos de tu vida personal—trabajar en la mejora de tu negocio/profesión, planear tus metas (como ahora mismo), leer, etc.
Centralmente, si tu objetivo realmente es la «auto-mejora,» tu meta debería ser eliminar el primero, minimizar el segundo, y maximizar el tercero. La mejor manera de realizar esto, es mediante la priorización.
Para priorizar, simplemente trabaja por lo menos en una tarea relacionada con tus objetivos regularmente—aunque no diariamente para todos los casos necesariamente. Que tanto y que tan seguido tengas que trabajar en un objetivo, dependerá totalmente del tipo del mismo—ej., no es necesario ir todos los días al gimnasio si tu objetivo es construir/mantener un cuerpo saludable y masculino.
Un factor clave al priorizar son los niveles de energía durante el dia. Idealmente, deberías de emplear los momentos en los que te sientes más energético en las actividades más importantes y/o difíciles a ejecutar. Por ejemplo, idealmente lo mejor sería realizar tu entrenamiento de fuerza por las tardes, no por la mañana—a menos de que sea «cardio» moderado-ligero, ya que este tipo de entrenamiento consumirá grandes cantidades de energía que no te permitirán realizar otras actividades de mayor prioridad a toda tu capacidad—como enfocarte en trabajo de vida, por ejemplo.
Ultimadamente, priorizar es fácil. Solamente pon tus 3 objetivos primordiales antes que nada. Te levantas, te sirves una saludable taza de café, y te pones a trabajar en una de tus 3 metas en particular. Si tu meta es perder peso, caminas y/o ayunas; si tu meta es escribir un blog/libro, escribes; si tu meta es mejorar tu carrera, trabajas o estudias.
Cada vez que termines un objetivo (“mini-meta”) relacionado con una de tus 3 metas, lo tachas y trabajas en el siguiente en la próxima “sesión” relacionada con una meta en específico.
En mi caso, por ejemplo, los fines de semana, para un poco después del mediodía, ya escribí, leí, me ejercite, y practique guitarra. Pasado este punto, todo lo que haga es un extra en cuanto a productividad, y puedo hacer literalmente lo que sea sin sentir que estoy dejando algo sobre la mesa.
“Nunca me preocupo por la acción, sólo por la inacción.”
—Winston Churchill
Cabe aclarar que es mejor hacer algo “no tan bueno” de manera constante, que emplear una mentalidad “todo o nada” y no hacer lo que sabes tienes que hacer porque crees no serás capaz de realizarlo “perfectamente”—como si eso fuera siquiera posible.
Como todo en la vida, el balance es la clave. Planeación sin ejecución—”parálisis por análisis,” es lo mismo—si no es que peor, que la ejecución sin planeación. En ciertos momentos es mejor actuar sin titubear con los recursos que tienes inmediatamente a tu disponibilidad, en lugar de evitar actuar solo porque no quieres fracasar. Es mucho mejor fallar en el intento que vivir en constante arrepentimiento. Recuerda que fallamos el 100% de las acciones que no tomamos.
Preferible entrenar mediocremente que no hacerlo en lo absoluto. Preferible tener una sesión de escritura no tan “inspirada” que no tenerla. Preferible asistir a una cita importante desvelado/cansado que no ir nunca. La perfeccion, mas veces que no, es enemigo de la acción. No busques perfección, busca resultados a largo plazo. Busca ejecución. No mas excusas.
Si realmente el objetivo que te planteaste es para ti, encontrarás el tiempo y “motivación” para llevarlos a cabo si o si. Verdaderamente “poder es querer.” Donde existe una voluntad, existe un camino. Si las “ganas” de realizar una actividad simplemente no están allí, no es la actividad, sino la meta en sí la que tienes que redefinir—regresa a la etapa de “identificación.”
Eso si, no te enfoques en los resultados, enfócate en el esfuerzo. Uno de los mayores preceptos del estoicismo, es el aprender a distinguir entre lo que puedes cambiar y lo que no, y solo considerar lo primero, ignorando así lo segundo. Solo tienes control de lo que haces, no sobre el desenlace. Tus acciones son más importantes que los resultados buscados. Haz lo mejor que puedas con lo que tienes. El desempeño es importante, pero lo es más aún la práctica constante. Cuando en duda, no pienses, actúa.
Finalmente, pensando no solo en actuar, sino en “optimizar.”¿Habrá alguna manera de incrementar tus posibilidades de triunfar, de ser más efectivo en la realización de todo objetivo?
Como ser mas efectivo—la triada de desarrollo masculino
“Sin conocimiento, la habilidad no puede ser enfocada. Sin Habilidad, la Fuerza no puede ser ejercida y sin Fuerza, el Conocimiento no puede ser aplicado.”
—Alejandro Magno
Más importante que una meta específica cuyos resultados pueden o no alcanzarse, es el desarrollo de las herramientas que permiten alcanzarlas—el proceso en lugar del resultado. A este conjunto de herramientas vitales para ser más efectivo le denomino la triada de desarrollo masculino.
La triada de desarrollo masculino está conformada por 3 elementos que pueden, e idealmente deberían, buscar ser desarrollados en todo momento: fuerza, conocimiento, y habilidad. Entre mayor sea tu capacidad en cualquiera de estos rubros mayor tu confianza y probabilidad de cumplir toda meta propuesta. Esto sin contar el incremento en opcionalidad y libertad que el tener bien desarrollados los 3 elementos de la triada te pueda dar.
Centralmente, toda actividad que te provea de un incremento en fuerza, conocimiento, y/o algún tipo de habilidad es productiva en realidad, independientemente del resultado final de la meta a la que va adherida. Por ejemplo, si tu meta es construir un negocio, y por cualquier cosa llegase a fracasar, imagínate todo lo que habrás adquirido en cuanto conocimiento, habilidades, y resiliencia mental.
Irónicamente—y afortunadamente, más veces que no, observaras que el enfocarte en desarrollarte en cualquiera de estos rubros en lugar de la meta específica, esto te encaminara a la culminación del objetivo en cuestión sin importar del área de vida a la que pertenezca —salud, riqueza, relaciones, o autorrealización.
El enfocarte en desarrollar tu fuerza física y fortaleza mental al trabajar por adquirir tu cuerpo superior en lugar de la meta en sí, por ejemplo, te hará cumplir tu meta más fácilmente y de manera más disfrutable que si tu enfoque fuera el contrario—adquirir la meta antes de la fuerza, conocimiento, o habilidad atadas a la misma. Similarmente, el concentrarte en dominar las fortalezas, conocimientos, y habilidades inherentes a tu negocio/carrera, te encaminará más hacia el éxito profesional y la satisfacción, que el intentar ser exitoso “a como dé lugar,” descuidando así el ahora—lo que es, lo que más importa; por el futuro—algo incierto.
Asimismo, como definición general, la libertad es la capacidad de imponer tu voluntad en el mundo. A mayor libertad, mayor capacidad de hacer lo que quieras, cuando quieras, con quien quieras. La meta del hombre superior debe ser siempre el buscar la mayor libertad posible ya que, sin esta, una vida satisfactoria, interesante, y perpetuamente disfrutable, simplemente no es alcanzable.
A mayor fuerza, conocimiento, y habilidades ganes mayor será tu percepción de antifragilidad, opcionalidad, y maniobrabilidad, en otras palabras, libertad. ¿Pero porque esta triada es fundamental para el desarrollo personal, la efectividad, y la libertad y como?
La respuesta es simple, y viene del mismísimo Alejandro Magno: «Sin conocimiento, la habilidad no puede ser enfocada. Sin habilidad, la fuerza no puede ser ejercida y sin fuerza, el conocimiento no puede ser aplicarse».
Puedes ser el hombre mas fuerte del mundo, pero sin habilidad y/o conocimiento tu fuerza es inservible en materias de crecimiento. Puedes ser el hombre más habilidoso del mundo en un área específica, pero sin fuerza y/o sabiduría no podrás plasmar tus deseos en mundo que te rodea de la manera correcta. Puedes ser el hombre más sabio del mundo, pero sin fuerza y/o habilidad, tu vasto conocimiento se quedara solo en tu mente y no proyectara nada de lo que te anhelas en el exterior—pensaras mas en lugar de actuar.
Finalmente, el desarrollarnos en cualquiera de estas 3 virtudes nos hace sentirnos y ser percibidos más viriles y masculinos, esto por la lógica razón de que son estos 3 elementos los más relevantes en cuanto a la característica más masculina de todas—nuestra capacidad de provisión. Mi recomendación: conforma tu vida de actividades y metas retadoras que empoderen tu fuerza, conocimiento, y/o habilidades. Siempre que esto sea así, te mantendrás mejorando en lugar de estancado. Enfócate en el proceso, no en el resultado.
Jamás te conformes
“Aquel que tiene un porqué vivir puede soportar casi cualquier cómo.”
—Friedrich Nietzsche
Debido a que como ya vimos, el “porqué” y, consecuentemente, el “que,” son igual o más importantes que el “cómo”—”donde existe una voluntad existe un camino,” si te vas a llevar solo un concepto de este tema ese es este: jamás te conformes.
El haber agotado todas las posibilidades en cuanto a maneras sobre cómo completar un objetivo pueda parecerte al momento un “pérdida de tiempo,” pero créeme que el hacerlo así, además de proveerte de fortalezas, conocimientos, y habilidades que de otra manera no podrías haber obtenido—los 3 elementos de la triada de desarrollo masculino, te mantendrá tranquilo en tus últimos momentos—jamás te rendiste.
En cambio, el “conformarte” y detener la búsqueda de un objetivo que anhelas, te perseguirá por el resto de tu vida, pero particularmente al esta estar a punto de terminar. Verdaderamente, “fallar” es mucho mejor que el arrepentirse—además de que del fallo se aprende, de la inacción no.
Si te preocupa que esta mentalidad te mantendrá en una constante búsqueda por la expansión, no te preocupes, la vida misma es expansión. El estoicismo tiene muchos principios, pero el vivir sin rumbo y en constante comodidad no es uno de estos—como equivocadamente a veces se promulga. De hecho la “laboriosidad,” siendo esta la voluntad de trabajar por una meta en particular de manera dedicada, constante, y sin quejarse, es una de las mayores virtudes de esta filosofía de vida—siendo la pereza su polo opuesto, por supuesto.
Ultimadamente, no es comodidad, placer, y facilidad lo que provee de verdadera felicidad, sino la satisfacción de esforzarse y trabajar por una meta que valga la pena. Independientemente de cual sea tu meta y de donde esta provenga, jamás te detengas hasta alcanzarla. Preferible perecer en la búsqueda de lo imposible y lo grandioso que vivir una larga vida de constante arrepentimiento. Jamás te conformes. Nunca te rindas.
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6 comentarios en «Cómo Cumplir Tus Metas Fácilmente»
Buen articulo. Me gusta tu blog, compartimos muchas ideas y seguramente seguimos a las mismas personas para aprender mas acerca de nuestro desarrollo como hombres. Quiero que sepas que estoy empezando un blog acerca de mi trabajo como trader y los mercados financieros y tu blog me esta ayudando a mejorar mi faceta de escritor. Cualquier consejo sera bien recibido.
Gracias por el aporte.
Gracias Jorge.
El mejor consejo respecto a escribir, es jamas dejar de practicarlo con la intencion de mejorar.
Lee y estudia a otros escritores, pero lo mas importante es seguir escribiendo.
Hermano al leer este articulo no pude evitar sentirme completamente identificado. Han pasado casi dos años desde que dejé mi país de origen. Lo hice porque era imposible poder evolucionar en un entorno como en el que estaba, al fin y al cabo vengo de un país donde está impuesto un sistema comunista. Sin embargo, a pesar de todo yo no me encontraba tan mal, vivía en una buena casa con mis papas, tenía mi carro y mis comodidades y tenia una novia espectacular. Pero, desde muy dentro de mi me sentía muy estancado y estar encerrado en esa jaula de oro me hacia sentir infeliz. Por eso tomé la decisión de emigrar y buscar nuevos rumbos en búsqueda de poder cumplir mis objetivos, ya que donde estaba no podría cumplirlos. Debo decir que el recorrido ha sido demasiado duro y he pagado un precio enorme. Sin embargo, siento que he logrado avanzar en cada área de mi vida debido a esto: me sometí a un entrenamiento para cambiar mi físico y aumente 10 kilos de masa muscular; tuve que trabajar como mesonero y tragarme mi ego, pero me puse a estudiar y pude reinventar mi carrera y encontrar lo que me gusta, que es el campo del Análisis de Datos, del cual actualmente me encuentro trabajando y desarrollándome, por lo cual siento que ahora si estoy trabajando en una carrera apasionante y que me interesa. Tuve que dejar ir a una gran mujer, pero cultivé una confianza en mi mismo que me ayudó a tener buenas experiencias con otras y poder aprender cosas que jamás lo podría haber hecho estando en esa relación. Por lo tanto, te quiero dar muchas gracias por haberme ayudado en este camino. La información de tu blog me ha ayudado infinitamente y he comprendido muchas cosas.
Gracias Emanuel. Me da gusto.
La carrera de análisis de datos es una carrera bastante interesante.
Irónicamente, las metas mas difíciles son también las mas satisfactorias.
Te deseo todo el éxito.
Siempre cuando trato de establecer metas quedo en el camino más confundido que antes, en un post leí acerca de establecer sistemas antes que metas(imagino que todo se trata de hacer énfasis al proceso)
En mi caso tengo 3 metas
Trabajo (ser alguna vez algún director en una empresa y tener algún negocio propio)
Cuidado (tener un físico más saludable y estético)
Independencia ( tuve una madre muy sobre protectora en mi infancia eso me dejó secuelas en la confianza)
A la hora de establecer metas es mejor para vos:
1) Hacer una lista de corto,mediano,largo plazo
2) Hacer objetivos mensuales que van acercando a la meta final (ej ser un director de una empresa, en el mes de enero aprenderé estados financieros; en el mes mayo aprenderé marketing etcccc)
Me cuesta establecer sistemas y a la vez metas (ya qué hay que poner un tiempo para saber si uno avanza)
Que opinas , hay alguna manera más simple?
David
Primero que nada, te recomiendo no tener mas de 2 metas primarias al mismo tiempo.
En segunda instancia, me parece perfecto que dividas las metas en pasos mas pequeños, de hecho ese el principio de los sistemas: dividir las metas hasta llegar al sistema/rutina que las hará posibles y accionarlas hasta llegar al punto deseado.
Ante todo, no lo pienses tanto. Planea, acciona, reflexiona, modifica.
Saludos.
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