La Verdad Sobre La Dilación – ¿Deberías Hacer Cosas Que No Quieres O Deberías Escuchar A Tu Cuerpo?

La verdad sobre la dilación

Existe — y siempre ha existido — un gran debate en cuanta a la verdad sobre la dilación la posposición o retraso de tareas que han sido planeadas para ser realizadas. Previamente, he sugerido que, para poder experimentar una felicidad plena, lo mejor es “hacer lo que quieras cuando quieras”, sin embargo, esta declaración puede tener distintas connotaciones y, por lo tanto, conllevar a confusiones.

 

Hacer lo que quieras cuando quieras, es en sí la meta final. La completa libertad es lo que, como hombres, más anhelamos, y es algo que nadie puede negar.

 

Solo imagínatelo, el no tener que responderle a nadie por tus acciones y poder hacer cualquier cosa que se te ocurra—que no afecte negativamente a los demás obviamente.

Todos los días son una carta abierta para hacer lo que sea que tu cuerpo y mente pidan de ti en ese día. Desafortunadamente, este también es el problema de esta mentalidad—tu no estas controlando tu cuerpo y tu mente, sino ellos a ti. Te conviertes en un esclavo de tus necesidades corporales, sentimientos, y placeres emocionales.

 

Mentalmente, la marca de la masculinidad es la racionalidad sobre la emocionalidad. Entre más un hombre tenga control sobres su estado mental mayor su masculinidad se puede considerar.

 

¿Fíjate a los hombres que admiras más? ¿Sucumben ellos a sus emociones con regularidad? No lo creo…

 

Es por esto que, tradicionalmente, en una relación inter-genero, la mujer, debido a su alta emocionalidad, suele ser el lado más energético y excitable—la “emoción”—de la relación por así decirlo, mientras que el hombre, suele ser la energía estabilizadora—la “racionalidad”—que da estabilidad a dicha relación de la relación.

 

Esto no significa que una mujer femenina es puramente emocional, o un hombre masculino puramente racional, sino que la proporción de estas cualidades está más cargada de un lado o del otro, respectivamente.

 

Velo de esta manera, en una playa agitada, en la que las olas chocan ferozmente contra las rocas del litoral, la mujer sería el agua del océano y el hombre las rocas serenas de la costa.

 

La mujer encuentra una base estable contra la cual apoyarse y balancearse, mientras que el hombre se refresca con la energía renovadora, jovial, y emotiva de la mujer. Mediante 2 energías completamente opuestas, hombre y mujer encuentran el balance. La relación ideal es aquella formada mediante dos personas completamente opuestas—desiguales.

 

Es por esto que, como hombres, nuestra capacidad de implementar la racionalidad sobre nuestra emocionalidad es algo que debemos constantemente cultivar.

 

Centralmente, la dilación proviene de la emoción—no quieres hacer algo porque no tienes las ganas de hacerlo, y de allí el cuestionamiento con el que fue nombrado este texto:

¿Cuál es la verdad sobre la dilación? ¿Deberías hacer cosas que no quieres o deberías escuchar a tu cuerpo?…

 

Metas y motivación

Motivación y dilación

 

La realidad es que todas nuestras decisiones se basan en nuestras emociones.

 

Ultimadamente, si no lo “sientes”, no te sentirás completamente satisfecho con tu decisión sin importar cuanta racionalización metas en la ecuación. Esto es, para la mayoría de tus decisiones—especialmente las más importantes, tu intuición de direccionara hacia el mejor camino de acción.

 

Una vez tomada una decisión mediante la intuición (que es una emoción), es cuando la racionalidad debe tomar el control, y es allí donde la disciplina y el carácter tienen que entrar en acción.

 

En otras palabras, contrario a lo que el sentido común pudiese dictar, entre más grandes y complejas las decisiones más debes confiar en tu intuición para tomar el mejor camino de acción e, inversamente, entre más pequeñas y simples estas sean mayor énfasis deberás darle a tu capacidad de racionalización antes de actuar—ej. hacer una matriz de “Ventajas vs Desventajas”.

 

Disciplina y carácter

Que te impulsara a enfrentar tus más grandes temores—la disciplina.

Que te ayudara a continuar en cara de la adversidad—la disciplina.

Que te proveerá con la constancia inamovible necesaria para completar las metas más grandes que te has plateado—la disciplina.

 

Ninguna cantidad de motivación podrá proveerte con la regularidad, predictibilidad, y seguridad obtenida mediante la disciplina, y de allí su alta importancia en nuestra vida.

 

La motivación, siendo una emoción, es completamente dependiente de las circunstancias externas, por lo que es frágil y efímera, mientras que, contrariamente, la disciplina al ser totalmente independiente de la mayoría de las circunstancias que están fuera de tu control y estar basada en la racionalidad, es robusta e inamovible.

 

Debido a esto, la motivación te aprisiona (sin ella no puedes actuar), mientras que la disciplina te libera (harás lo que planeaste hacer ya sea lo quieras hacer en ese momento o no). La disciplina es libertad.

 

La disciplina soportara TODAS tus metas al impulsarte a hacer lo que sea necesario para triunfar, esto, sin importar si las actividades involucradas en la culminación de tu objetivo forman parte de tu zona cómoda—son “cosas que quieres hacer”—o no.

 

Por si esto fuera poco, la disciplina será tu mayor aliado en la constante expansión de tu zona de comodidad y la cultivación de tu mentalidad.

 

Por eso considero, que, en un hombre, la disciplina, auto-control, y maestría de su arte, son cualidades extremadamente importantes.

 

No obstante, al implementar la disciplina determinada y contantemente durante largos periodos de tiempo, llegara un punto en el que tendrás que descansar, y es aquí donde el contexto y balance toman lugar.

 

Contexto y balance

¿Cuándo llega el punto en el que “ya fue demasiado”—si es que existe alguno?

¿Es la “vida balanceada” solo un mito, o tu enfoque debería ser tal que la obsesión por la culminación de tus objetivos te haga ignorar todo lo demás?

¿Cómo saber cuándo descansar y cuándo actuar a pesar del cansancio/malestar?

 

Depende…

 

Primero que nada, debes conocer tus límites.

 

¿En qué punto de una actividad determinada, la calidad de la ejecución comienza a ser tan baja que el retorno en la inversión de tiempo y esfuerzo comienza a declinar, o peor aún, a poner en riesgo el desempeño de posteriores sesiones—ej. al entrenar? Ese, es tu límite actual—el cual con contante y práctica y determinación puedes mejorar, pero por el momento, tienes que aceptar.

Este límite es en donde, lo mejor es detenerte, recuperarte, y descansar. Una vez te sientas completamente restaurado, puedes volver a trabajar.

 

Esta es la mejor manera de conocer cuando debes descansar: conoce tus límites actuales—en donde la calidad de tu desempeño comienza a declinar de manera tal que no vale la pena seguir, estíralos un poco y, finalmente, vete a descansar satisfecho de que hiciste tanto pudiste por el día de hoy.

 

Piensa en tu gran visión no como una rápida carrera, sino como un maratón. Sigue sistemas en lugar de metas. Sé pacientemente impaciente—haz todo lo posible por progresar todos los días, pero reconoce que para alcanzar el objetivo final tendrás que esperar (entre más grande este sea mayor la espera).

 

Disfruta del viaje.

 

La creatividad no puede ser disciplinada

El filósofo contemporáneo Nassim Taleb, en su libro anti-fragil, nos comparte su opinión sobre la relación entre la creatividad y la dilación, en la que, en síntesis, promueve la dilación como un método del organismo – cuerpo y mente – para posponer acciones que pudiesen no ser optimas o, hasta perjudiciales, en el corto o largo plazo.

 

Un ejemplo muy claro de esto es la visita al médico. Si te la pasas yendo al hospital ante cualquier menor malestar, es muy probable que pesques una infección que te produzca una enfermedad mayor a la que, en el actual momento, quieres solucionar o, en un peor caso, que el doctor te recete un tratamiento que afecte de manera negativa más a tu cuerpo que el padecimiento que en ese momento quieres aliviar – ej. tomar antibióticos para curar una simple gripa destruirá tu flora intestinal (estudio).

Es por esto que, a menos que sientas que tu vida está en riesgo– literalmente o no, es posible que te resistas a visitar frecuentemente tu consultorio médico local, lo cual, es una respuesta del cuerpo totalmente natural.

 

Otro ejemplo, y en el que en esta sección nos vamos a enfocar, es el de la creatividad. Si tu cuerpo, o más específicamente, tu mente, no se siente motivada a realizar una actividad, solo puede ser debido a dos cosas: 1) falta de energía, 2) falta de interés en la meta por la que la actividad será cometida.

La razón #1 es fácil de identificar y solucionar – descansa, recupérate y, posteriormente, ponte a trabajar. Sin embargo, la razón #2 es una que en ocasiones es difícil de diferenciar, y por lo que en esta ocasión me gustaría primero aclarar.

 

Nota que en la segunda razón no es una falta de interés en la actividad en si a la que me estoy refiriendo, sino a la meta que se planea sea alcanzada con la realización de dicho emprendimiento. En otras palabras, no es que no quieras ir a la escuela porque no quieres estudiar – si tu energía es óptima claro está, sino que no le vez la razón de invertir tiempo y esfuerzo en estudios que no crees te puedan redituar en un futuro, o por los que simplemente no sientes una gran afinidad – ej. tal vez estudias abogacía, pero lo que más te interesa es una ingeniería.

 

¿Vez a donde quiero llegar? No es la actividad en si lo que influye en la presencia o no de la dilación, sino el objetivo que se quiere alcanzar – el “porque” – es el factor más influyente en tu motivación. La tan famosa “pasión” proviene de la visión, no de la ejecución.

 

“Quien tiene un ‘porque’ vivir, puede soportar cualquier ‘como’”

–Friedrich Nietzsche

 

Debido a esto, para poder expresar tu mejor trabajo creativo, tienes que tener las ganas de hacerlo. Si la motivación no está allí, es muy probable que la misión que te has impuesto no está suficientemente alineada con tus verdaderos deseos.

 

Personalmente – similar a la filosofía de Taleb, solo escribo sobre cosas que me interesan o me causan curiosidad y solo cuando siento el impulso de hacerlo. Cuando siento la obsesión incontrolable de compartir cierta información, no me queda más remedio que hacerlo.

 

Cuando lo hago de esta manera, disfruto cada segundo del proceso y es cuando creo mi mejor trabajo – o al menos así me lo eh vendido. Las palabras fluyen sobre el teclado sin tener que pensar tanto. Mi mente subconsciente toma precedencia sobre la consiente, y “fluye” fácilmente.

 

Personalmente, creo que la disciplina es crucial en la culminación de metas largas—o sistemas, no obstante, considero que solo puede ser empleada en tareas repetitivas y/o extremadamente racionales, en las que, por lo general, la motivación diaria puede ser un obstáculo – entrenar, seguir tu dieta, ir a trabajar, tomar duchas heladas diarias, etc. Todo depende del contexto y el tipo de finalidad que se quiera alcanzar.

 

Si un consejo se puede resumir en 3 palabras sobre la dilación y su influencia en la creatividad y su ejecución, ese es este: “Sigue tu curiosidad”.

 

Conclusión

Como muchas cosas en la vida, todo depende del contexto. No existen respuestas definitivas para todas las perspectivas.

 

Lo importante es siempre mantener una idea clara de la meta que se quiere alcanzar al realizar una actividad. La pasión proviene del objetivo, no del camino. Antes de actuar define primero el “porque”.

 

Como uno de los principales estoicos escribió alguna vez en sus “meditaciones”.

 

“Que ningún acto sea llevado a cabo sin un propósito.”

–Marco Aurelio

 

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3 comentarios en «La Verdad Sobre La Dilación – ¿Deberías Hacer Cosas Que No Quieres O Deberías Escuchar A Tu Cuerpo?»

  1. Me parece excelente tu texto, lleno de informacion congruente y util, muy interesante como planteas la importancia de una buena disciplina y la motivacion, concurro en el hecho de que la disciplina sera la que cargue en hombros todo el peso de nuestras metas. Sobre la motivacion, pues sencillamente si esta presente por si sola quiere decir que estamos llendo por algo que realmente deseamos y que si bien esta depende en su gran mayoria de ajentes externos, es esta misma motivacion la que nos hace sentir satisfechos, realizados y le da sentido a nuestro camino.

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