Vivimos en una sociedad en donde la información es altamente distribuida, la denominada “era de la información”. Desafortunadamente, yo la llamaría mas bien la era de la desinformación, al ser la mayor parte de esta una mentira. De entre 70-80%, si no es que más, de los datos disponibles como “verdad”, tanto en libros, internet, redes sociales, y medios de comunicación masivos, no son verdaderos, sino que provienen de suposiciones infundadas en el mejor de los casos, y en el peor sirven para ocultar la verdad de la sociedad. Uno de estos es la realidad de la dualidad —no existe.
A primera instancia podrás creer que esta realización puede no tener muchos efectos prácticos, pero nada podría estar tan alejado de la realidad. Alineado con la regla de priorización, y de hecho, una incorporación a esta, es uno de los conocimientos más importantes que puedes tener e implementar. Su importancia cae en el rubro de la dieta carnívora y el entrenamiento de fuerza, pero de una manera más alta y aplicable a través de distintos ámbitos de la existencia—y más allá.
Simplemente, este conocimiento puede cambiar todo tu esquema de pensamiento, comenzando a ver cosas que antes no veías y a desvanecer muchas de aquellas ideas en las que basabas tu vida. Esto porque, de nuevo, este descubrimiento te dará mayor entendimiento de todo lo que es, de todo lo que existe, desvelando muchas “incertidumbres” y malentendidos que más del 80% de la población global tienen, y que en mi caso, había tenido. “El conocimiento es poder”, y el que veremos hoy te dará el mayor poder: sabiduría—la capacidad de distinguir la verdad de la mentira.
De hecho, esta última distinción es la primera y más evidente en cuanto a la realidad de la dualidad. La mentira en realidad, no existe, solo la verdad. De aquí el dicho “la verdad te liberará”.
La verdad te liberará
El mayor problema con la sociedad, tanto a nivel colectivo como individual, es la falta de verdad. Si, vivimos en una era de información casi ilimitada a la palma de la mano—ahora mismo tienes acceso a mayor información que cualquier filósofo reconocido del pasado en tu smartphone, pero que tanta de esta verdadera. Más importante, esto es considerando la información que buscas de manera proactiva, pero qué hay de aquella de la que estás expuesto involuntariamente todos los días, mayormente mediante los medios masivos de comunicación, las redes sociales y la música.
Día con día somos bombardeados, consciente e inconscientemente, con información que no sabemos si es verdad o mentira, pero que puede afectar nuestra opinión respecto a múltiples temas, y por lo tanto, modificar nuestro camino de acción potencial basado en una muy-probable desinformación. Sin un instrumento que nos permita distinguir la verdad sobre la mentira, inventos como el “neuralink” solo ampliaran la posibilidad de que la sociedad se pueda perder más en la mentira. Siendo la ignorancia la raíz del sufrimiento como dijo Buda, ya te imaginarás que espera.
Es una aseveración muy cierta que “entre más se sabe más uno se da cuenta de lo que no sabe”, algo que hace que hasta el más “sabio” retome la humildad como filosofía de vida, siendo esto la marca de una persona de esta categoría, contrariamente, el que más se jacta de lo que sabe es el que menos sabe. Bueno, pues uno de estos grandes conocimientos base, que la mayoría no sabe y que puede rectificar las creencias del más obstinado e invalidar las filosofías del más orgulloso, es el reconocimiento de la realidad de la dualidad, más específicamente, de la inexistencia de esta.
La ilusión de dualidad
No hay razón por la que apenarse en relación con el desconocimiento de la ilusión de la dualidad. casi nadie lo sabe. Como en todo tipo de “conocimiento”, la mayoría de este es falso, no es cierto, más específicamente 70-80% de él, de hecho de aquí se desprende la diferencia entre sabiduría y conocimiento: el conocimiento es sólo información, la sabiduría es información verídica. Una vez reconocido esto, nos podemos percatar con facilidad que la dualidad es una ilusión, no realidad.
Claro ejemplo, el mismo de la dicotomía verdad-falsedad. Verdaderamente, no existe ninguna dicotomía, no existe una oposición de un término contra el otro, solo existe un concepto, la verdad, y su ausencia, la falsedad. Derivadamente, tampoco existe la dualidad de subjetividad y objetividad, debido a que toda realidad es subjetiva—para existir una realidad alguien tiene que verla. Y esto ocurre con todo tipo de “dicotomía”, “polaridad” o percepción de dualidad universal.
Las oscuridad no existe, es solo ausencia de luz; la pobreza no existe, es solo ausencia de riqueza, la feminidad no existe, es solo ausencia de masculinidad; el yin no existe, es solo ausencia de yang. La percepción de dualidad es sólo una creación de la mente con fines de categorización de conceptos que no comprende totalmente. Aunque es cierto que la oscuridad existe, así como el yin y el “mal” en nuestra mente, en la realidad no, al, de nuevo, ser solo la ausencia de verdad y luz.
Así también, como analogía para aquellos de conocimientos más técnicos, evidentemente la corriente eléctrica “negativa” no existe. El “polo positivo” es la corriente, el “polo negativo” es la tierra, no la corriente negativa. En otras palabras, no existe algo como “corriente negativa”, solo la corriente eléctrica y la ausencia de ésta, es decir, “tierra”. Solo existe electricidad y su ausencia. En el universo similarmente, solo existe materia y su ausencia, por ello “la materia no se destruye, solo se transforma”, simplemente no existe nada que se le oponga. Así también, en la tierra, u otro planeta, solo existe la gravedad, no existe “anti-gravedad”, solo su ausencia potencial fuera de esta.
No existe “inferior”, solo existe la ausencia de lo que consideramos como “superior”. Un hombre de fuerza “superior”, comparado con otro, solo hace alusión a que posee fuerza que el otro carece. Ninguno es superior o inferior, solo uno la tiene y el otro no—fuerza para realizar un peso muerto de 200 kg por ejemplo, no existe superior ni inferior. Lo mismo sucede con todo ámbito de vida en el que existan lo que conocemos como “categoría”. Nadie es “mejor” o “peor” en nada, solo hay alguien que posee el elemento y otro que no, la categorización es solo una ilusión creada por nosotros mismos, más específicamente la mente, para poder entender estas diferencias subjetivas.
Una vez entendido este fundamento, es más fácil aceptar la regla de priorización, por ejemplo, pero en general toda temática de filosofía, psicología y espiritualidad; y de todo ámbito de la “ciencia” realmente. Simplemente, no existen opuestos como es presupuesto, ya que inclusive yo, aunque aplicaría la misma conclusión a al tema en que fue aplicado, en algún momento supuse. Solo existe un concepto principal, y su ausencia la creemos como su “opuesto”. De aquí se derivan presupuestos de naturaleza más metafísica como que la muerte no existe, solo la vida; así como tampoco el diablo solo Dios. Independientemente de si crees en esto o no, el elemento persiste.
La importancia de esta realización no solo cae en el ámbito conceptual y teórico, sino también, y con más relevancia, en aquel aplicable y práctico. Sabiendo que solo existe un elemento, el que es, y no opuestos, el encontrar la verdad de toda aparente “problemática”—de acuerdo a esta definición los problemas tampoco existen, solo las soluciones—se convierte en tarea fácil, o por lo menos más rápida y eficiente. Más específicamente, alineado con el concepto de priorización, de hecho, podemos dejar de considerar los opuestos como elementos que requieren “balance”, y mejor, además de dejar de verlos desde esta perspectiva dual, verlos como primario y secundario.
Primario y secundario
Entendiendo que los opuestos no existen, sino solo un concepto principal y la ausencia de este—su “opuesto”, podemos concluir que, lo ideal, es preservar este concepto como el primario, y su ausencia como secundario, para poder realizar el completo en sí, esto similar, y de hecho siendo lo uno y lo mismo, a las reglas de priorización y Pareto y el número áureo. En otras palabras, solo el primario es necesario, y por lo tanto, para satisfacerse, debe llevarse a la proporción mayoritaria.
Para estar alineado con la verdad y la vida, uno tiene que vivir al menos 62% del lado de la verdad y la vida; el resto no solo es falsedad, no existe. La “iluminación” es sólo vivir más allá de esta proporción. Así también, en cuanto a dieta, el alimento primario del ser humano es la carne, evidente en el hecho de que una dieta carnívora perpetua es totalmente posible, mientras que una vegana, sin suplementación, no lo es en absoluto, al ser anti-natural—no existente. Así como podemos actuar desde la mentira, argumentativamente el conocimiento que le fue conferido por la serpiente a Eva y de ella a Adán mediante “el fruto prohibido” en la biblia, así también podemos comer plantas, pero esto no significa que ni tanto la mentira como el veganismo sean el “opuesto” de nada, simplemente la ausencia de la verdad primaria, la realidad, “lo que es”.
Lo mismo sucede con las funciones cognitivas, en donde no existen funciones “femeninas”, sino solo aquellas carentes de la “rigidez” masculina. Lo que conocemos como feminidad no existe, solo es la ausencia de masculinidad, más específicamente, siguiendo la definición de la masculinidad tradicional, de las funciones del “cerebro izquierdo”, las que interactúan con el mundo de manera directa, y que por lo tanto requieren de esta rigidez para protegerse de su influencia. De aquí que las mujeres, o mas bien dicho, las personas con estas funciones en forma no-masculina—en su mayoría mujeres , especialmente la razón, sean fácilmente influenciables por otras personas y el mundo que les rodea, de aquí que el locus de control interno se considere como más masculino.
Derivado de esto es que, por ejemplo, aquel individuo introvertido pueda ser considerado holísticamente como más masculino que un extrovertido, y puede que lo sea si la función cognitiva de razonamiento en forma masculina se encuentra en la posición dominante seguida de la sensación en la auxiliar—las 2 funciones del “cerebro izquierdo” tradicionalmente más masculinas, pero esto es solo una impresión si, por ejemplo, el introvertido posee una función perteneciente al “cerebro derecho” en cualquiera de las primeras 2 posiciones, especialmente la dominante, y/o posee aquellas del “cerebro izquierdo”—una o ambas, independientemente de su posición en el apilamiento de cognición, en forma no-masculina, en comparación con el individuo extrovertido.
Por estas razones, los hombres, quienes en su mayoría poseen una o ambas de las funciones del cerebro izquierdo en forma masculina (siguiendo aquí también la regla de priorización), suelen ser más independientes y determinados que las mujeres. Sencillamente les es más difícil ser influenciados por el medio ambiente, la “materia”; comparado con la “esencia”, la cual está más asociada con el “cerebro derecho” de emoción e intuición, y que debido a que todos, hombre o mujer, poseemos 2 funciones cognitivas masculinas, suelen presentarlas en forma no-masculina. Dicho de otra manera, los hombres son más influenciados por Dios en lugar de por el mundo, en contraste con las mujeres que son influenciadas por el mundo en lugar de Dios, como se muestra en el arquetipo del rey, por ejemplo.
De aquí, muchas conclusiones pueden ser inferidas, que, de nuevo, si no fuera por la realización de la no-dualidad, serían difíciles de alcanzar, más específicamente, y alineado con lo uno y lo mismo, tanto el ateísmo, como el veganismo, el socialismo y el feminismo son mentira, no existentes, no alineados con la verdad y la vida que son el teísmo, el carnivorismo, el capitalismo y el patriarcado. Siendo la última declaración la que más probablemente causará revuelta y oposición en esta sociedad “despierta”, de favor releer el párrafo anterior para mayor aclaración—los hombres somos la conexión directa con Dios para ejercer su voluntad en la tierra sin ser afectados por ella.
Que el liderazgo del hombre por sobre la mujer sea algo necesario, o por lo menos el no seguimiento del liderazgo de la mujer como evocan el feminismo y el “matriarcado” no puede ser exagerado. Las mujeres no están diseñadas para comandar, por lo mismo no son buenas en ello ni les gusta, sino lo opuesto, el primario para ellas: prefieren y gustan de ser lideradas. Para muestra, solo voltear a ver a los millones de niños perdidos provenientes de “familias” con padres ausentes en presencia o aplicación, donde la autoridad masculina falta—ej., madres solteras; la dirección hacia el primario, la verdad y la vida, no puede estar presente, debido a que la influencia del mundo reemplaza aquella de la esencia, Dios. Otra vez, la verdad en el mundo es poco común.
Esto también lo observamos en el área profesional y de entrenamiento por ejemplo. Siguiendo la regla de redundancia en cuanto a la abundancia, es bueno tener múltiples carreras, pero siempre una de ellas será considerada como primaria, y otra como secundaria, “el plan b”, y es correcto considerarlas como tal. De esta manera siempre tendrás una carrera que, aunque no será la preferida, es en la que podrás recaer si la primaria fracasa o simplemente se detiene por un momento. En cuanto al entrenamiento, simplemente considerar que el primario es el entrenamiento de fuerza, y el secundario el cardio, a menos que en tus meta sea correr mejor.
Centralmente, en todos estos aspectos, como en todo aquel imaginable, solo el primario es necesario, mientras que el secundario, el “opuesto”, no lo es. Los alimentos de origen vegetal no son necesarios para el ser humano, pero si los de origen animal. Los hombres no necesitan de las mujeres más que para reproducirse, lo mismo no sucede a la inversa—las mujeres si necesitan de los hombres, especialmente en materia de desarrollo social y soporte emocional como ya vimos. Una carrera secundaria, así como el “cardio”, no son necesarios para el desarrollo profesional y optimización corporal correspondientemente, pero si lo son la carrera primaria, por supuesto, y el ejercicio de fuerza, al este ultimo ser responsable de mantener/desarrollar la masa muscular.
Ni el carnivorismo es opuesto del veganismo, ni lo masculino es opuesto de lo femenino, ni una carrera primaria es opuesta de la secundaria, ni el ejercicio de fuerza es opuesto al “cardio”. En todo caso, uno es el concepto fundamental, “lo que es”, y el otro es la ausencia del primario, o secundario. El primario es el necesario, el secundario u “opuesto” es opcional; pero no existe dualidad, no existe contraste, no existe oposición, solo existe lo que es y la ausencia de lo que es.
Lo primario va primero
La importancia de este descubrimiento es vasta. En una sentencia, “lo primario va primero”, siempre. Traducido a términos prácticos, podemos realizar esta verdad al observar que tanto el ateísmo, el socialismo, el feminismo y el veganismo al fomentar la “idealización” del secundario sobre el primario, del ausente sobre el presente, se basan en la falsedad, en una mentira, tratando de forzar algo que no es posible en primer lugar, al menos a la luz de la verdad y la vida. Estos 4 “males” de la sociedad actual están basados en la mentira, y por lo tanto deben ser ignorados.
Esto es hablando a nivel macro, social. A nivel micro, individual, reconocer que Dios existe—es el creador de todo lo existente; el capitalismo es la llave del progreso—no la “distribución de riqueza” que inhibirá el progreso y es por su propia naturaleza injusta; tu masculinidad es algo a desplegar, no tratar de suprimir, es lo que ha fomentado y fomentará el progreso de la humanidad, tu conexión divina con Dios—tu eres el instrumento de Dios en la tierra para plasmar su voluntad, la llave de la espiritualidad; y que, independientemente de si quieres comer plantas o no, en cantidades contadas o nulas, no son necesarias y, contrario a lo que te diga la mayoría—tu deber como hombre masculino es optar por la verdad sobre la conformidad, es necesario comer carne.
Con estos 4 pilares estarás muy bien servido, y ten por seguro que siguiéndolos estarás en el buen camino, el camino correcto. Sigue solo a Dios, provee valor, se masculino, como carne. Así de fácil.
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6 comentarios en «La Realidad De La Dualidad —No Existe»
Excelente artículo. A veces siento que es todo un gran esfuerzo de ir contra la marea en un mundo donde mayoritariamente se deja dominar por formas de pensamiento carentes de sentido, para tratar de experimentar la realidad tal como pueda ser. Pero al mismo tiempo me he sentido muy libre y en paz cada vez que quise y pude encontrar por mi propia cuenta la verdad sin dejarme manejar por las influencias populares y poco creibles del mundo moderno. Gracias muy buen ariticulo Señor Alex, Tambien decirle que me gusto mucho su articulo donde trata el tema de la Creacion, el crear algo nuevo, darle vida como el maximo razgo que nos define como hombres., ya sea a traves de la reproduccion o la creacion a traves de lo material digital. Soy musico y considero que la composicion siempre surge de una conexion con Dios, con lo espiritual., aunque se use mucho el cerebro, pero tiene mucho de la conexion con Dios, la espiritualidad de cada individuo. Me gustaria saber si hará mas articulos relacionados con la masculinidad y el acto de crear, Saludos que tenga buena semana!!!!!
Gracias Leandro.
Definitivamente, mas artículos sobre masculinidad vienen en camino.
Un gusto que compongas música, que de la buena ya casi no se crea.
Saludos y éxito.
Hombre Alejandro, impresionado con tu sabiduría y lenguaje. Decís lo que muchos piensan pero pocos diced
Gracias Marlon
Saludos y exito.
Excelente, ideas basadas en el libro de Eckhart Tolle (El poder del ahora). Aplicable a muchos aspectos de la vida. BRAVO
Gracias. Saludos.
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