¿Es Bueno Hacer Ejercicio Cuando Estás Enfermo?

ejercicio cuando estas enfermo

¿Es bueno hacer ejercicio cuando estás enfermo? Una buena pregunta… Al momento de escribir esto, me encuentro enfermo de gripe, y todo porque me puse a entrenar cuando no debía. Llevaba ya casi 2 semanas con amenaza de infección, pero seguí entrenando con la misma regularidad e intensidad, lo cual ocasiono que, de manera progresiva, sucumbiera a la enfermedad. 

No obstante, en otras ocasiones el ejercicio a hecho que me sienta mejor y evitado el progreso de la infección, por lo que me llego la duda que en este artículo me centraré en resolver para que aprendas tú también: ¿Es bueno hacer ejercicio cuando estás enfermo?


El sistema inmune y el ejercicio

Para comenzar, debemos evaluar detalladamente cual es la interacción del sistema inmune con el ejercicio con el fin de poder reconocer el mejor camino de acción dependiendo de la situación.

Como primer punto, es bueno aclarar que el ejercicio no es algo “positivo,” siendo este término definido como algo que directamente fortalece al organismo. Todo lo contrario. El ejercicio es un estrés, lo cual podría considerarse como algo “negativo” debido a este interrumpir múltiples mecanismo asociados con proliferación celular, homeostasis, y reparación. No obstante, es esta misma interrupción la cual, en el periodo de recuperación de la misma, promueve el fortalecimiento del cuerpo. Todo esto gracias a la característica innata de antifragilidad de nuestro cuerpo.

La antifragilidad no es más que la capacidad de un sistema u organismo de mejorar a partir de un evento adverso—no confundir con “robustez,” cuya definición está basada en la resistencia al estrés, no en la mejora a partir este. La antifragilidad de nuestro cuerpo es lo que nos permite adaptarnos a nuestro ambiente con el paso del tiempo. 

Bueno, pues asi como esta fantástica característica hace que nuestros músculos, y otros órganos como el cerebro, articulaciones, y huesos se fortalezcan tras el entrenamiento de fuerza;  también lo hacen sistemas completos como el nervioso y el inmune—dependiendo del contexto.

Agudamente, cada vez que entrenas, de manera directamente relacionada con la intensidad y duración, el sistema inmune se ve suprimido (estudio). Sin embargo, aunque en corto plazo no lo es tanto, a largo plazo esto es algo bueno ya que, debido mayormente a nuestra antifragilidad natural, cada una de estas sesiones crea en el cuerpo una señal que mejora la competencia del sistema inmune si a este se le da la nutrición y descanso que necesita para este proceso. (estudio). De hecho, es este mismo mecanismo, pero en ligeramente diferentes maneras, que las duchas de agua helada, el ayuno intermitente, el consumo de café, y el estrés corporal en general, fomentan también este mismo beneficio. No obstante, en todos estos casos, lo que a largo plazo puede resultar beneficioso, a corto plazo, dependiendo de las circunstancias, puede resultar perjudicial.


2 tipos de infecciones

El dicho “alimenta a un resfriado, mata de hambre a una fiebre” existe por una razón. Esta heurística hace alusión a un elemento muy importante relacionado con el tipo de infección. La infección debería tratarse diferentemente dependiendo de si esta es provocada por un virus o una bacteria. El sistema inmune del ser humano combate a cada tipo de invasor de manera diferente, y esto ya ha sido comprobado por la ciencia (estudio

Generalmente, aunque con sus correspondientes excepciones—cuyas prueban la regla, el cuerpo combate mejor las bacterias en un estado de ayuno/semi-inanición, esto gracias mayormente a la autofagia. Contrastantemente, el cuerpo se defiende mejor de los viruses teniendo una abundancia energética, cuya, en este caso, fortalece las defensas. De hecho, ciertos virus se aventajan y/o fomentan la autofagia en el cuerpo humano—ej., dengue (estudio), por lo que es mejor contrarrestar este proceso indicando una alta disponibilidad energética al cuerpo. Sin embargo, el ir con el doctor a que te haga pruebas para verificar si lo que te aqueja es de naturaleza bacteriana o virulenta, tal vez no sea necesario.

Similar a otras múltiples cosas relacionadas con salud, fitness, y dieta, me sigo sorprendiendo como tratamos de intelectualizar soluciones que nuestro cuerpo ya ha descubierto por su cuenta. En el caso de las infecciones, si recuerdas un poco, te darás cuenta que en ocasiones tu apetito se ve disminuido, pero en otras se me aumentado. Bueno pues, mas veces que no, este es un buen indicador de si lo ideal sería comer o ayunar para mejorar tu situación. Por lo que el verificar si lo que tienes es causado por un virus o una bacteria mediante análisis clínicos, generalmente no será necesario. Solo sigue a tu cuerpo: tienes hambre, come; no tienes hambre, ayuna. Lo mismo sucede con el ejercicio.

El ejercicio, pero particularmente aquel de alta intensidad, activa caminos metabólicos similares en el cuerpo que aquellos potenciados al ayunar. Es por esto que, similar a este último proceso, el decidir cuándo entrenar o no también dependerá de si tu infección es de tipo viral o bacteriana. Es debido a esto que en ocasiones a inicios de la enfermedad, el entrenar puede serte de utilidad—cuando la infección es bacteriana, más sin embargo, en en el resto, puede amplificar tu malestar—cuando la infección es viral. Es por esto que la misma regla en cuanto ingestión de comida aplica con el ejercicio: si te sientes con energía para hacerlo y/o sin hambre, hazlo; si te sientes cansado y/o hambriento lo mejor será que lo dejes para otro momento en que te sientas más enérgico.


La regla de arriba del cuello

hombre-descansando

Una buena regla de oro, es la de decidir ejercitarte dependiendo de si tus síntomas son solo por encima del cuello, o no. Generalmente, si lo único que tienes es congestión nasal, estornudos, dolor de garganta ligero, o tos irregular, te puedes ejercitar. Contrariamente, si los síntomas incluyen el resto del cuerpo como por ejemplo fiebre, letargia, tos substancial, o malestar estomacal, lo mejor descansar. Esto, independientemente del tipo de infección. ¿Porque?

Por la simple razón de que, resulte al final ventajoso esto o no, además de que contagiaras a los demás si sueles ejercitarte en un lugar público, en caso de que tus síntomas vayan más allá del cuello, no podrás entrenar al 100% de tu capacidad, lo cual, bien puede resultar en una pérdida de tiempo. Además piénsalo, la mayoría de las personas no suelen ejercitarse con regularidad, no pasa nada que dejes de entrenar un día, o hasta 1 o 2 semanas. Al menos en cuanto a fuerza y masa muscular ganada, no tienes de qué preocuparte.

Especialmente si llevas entrenando regularmente por un periodo substancial de tiempo—más de 1 año, se ha demostrado que pérdidas en fuerza y masa muscular relevantes no se muestran hasta pasar 2-4 semanas de inactividad (estudio, estudio). Además, en el caso improbable de perder masa muscular durante este corto periodo de descanso, está retornará rápidamente al regresar a tu rutina de entrenamiento habitual (estudio). Como verás, de este tipo de descansos no-planeados no te tienes porque preocupar, mejor descansa y regresa con todas tus fuerza para entrenar como se debe—intensamente. Mientras tanto, puedes aprovechar estos periodos de tiempo “extra” para invertir en otras áreas de tu vida.

Por supuesto, dependiendo de la severidad de tus síntomas, no es necesario dejar de moverte del todo y, de hecho, una caminata ligera diaria puede resultar beneficiosa durante este periodo. Lo importante es evitar el ejercicio intenso y/o prolongado para que tu cuerpo no se vea afectado por un estrés adicional que lo distraiga de combatir la enfermedad que es también estresante en primer lugar.

Conclusivamente, del tipo de infección y severidad de esta que tengas es en lo que deberías basar tu decisión respecto a si deberías entrenar o no. Evalúa honestamente cómo te sientes—no utilices un ligero resfriado como excusa para dejar de entrar por un mes, balancea los pros y contras de hacerlo—o no, y ejecuta cualquier camino que decidas de manera determinada y sin arrepentimientos—independientemente de lo que decidas hazlo de manera convencida y sin mirar atrás. Planea a futuro. No pasa nada que no entrenes un dia o una semana de vez en cuando si esto te mantendrá entrenando a largo plazo. Pierde una batalla hoy, gana la guerra mañana.

 

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3 comentarios en «¿Es Bueno Hacer Ejercicio Cuando Estás Enfermo?»

  1. Hola Alex excelente artículo en estos momentos que estoy pasando, Me contagie del Coronavirus, me prohibieron entrenar, estuve en ayuno y algo paso, bueno el punto es que tengo ya 4semanas sin entrenar y como fue 20porciento de daño al pulmón se complicó x neumonía,ya pasó 1 mes, y ya voy saliendo, anhelo volver entrenar, tengo todo un gym en casa ,lo compre por el tema de los gimnasios cerrados .
    Sin embargo siento aún dolores de espalda y los médicos dicen que repose 1 mes o quizás 2más ,me siento frustrado, porque he avanzado y tanto tiempo sin entrenar no me gusta, trate de hacer dominadas, pero la espalda me duele.
    Bueno que tanto perderé músculo ,? Tengo 1 mes sin entrenar, y posiblemte 1 mes más o 2 x este mal, tendrías alguna recomendación? Para no perder mucho, de hecho primero es mi salud, luego volveré con fuerza. Espero no sea mucho tiempo…alguna sugerencia tendrías?bueno ahora estoy comiendo más ,eso me dijo el doctor puesto que es un virus..bueno gracias por algún alcanse que podrías darme…por supuesto de tantas que ya me haz ayudado..saludos

    1. Fidel

      Un gusto saber que ya te estas recuperando.

      Efectivamente, lo mejor ahora es que le des al cuerpo la nutrición y descanso necesarias para recuperarse.

      De perder musculo no te preocupes, la perdida será mínima y ya lo recuperaras después.

      Por el momento entrena lo que puedas sin lastimarte, y regresa progresivamente.

      Que te mejores.

      Saludos.

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