Desde finales de mi adolescencia, he sido un apasionado de la salud y el fitness, por lo que, por la mayor parte de este periodo, he cuidado de mi dieta y hecho algún tipo de ejercicio. Aunado a esto, mi familia siempre me alimento relativamente “bien” y sin tantas porquerías, las cuales, si bien las consumía, era de manera infrecuente y en cantidades reducidas.
Centralmente, por la mayor parte de mi vida estuve alimentándome siguiendo las reglas del movimiento denominado “real fooding.” No obstante, durante todo este tiempo (desde que me acuerdo) también he padecido de malestar gastrointestinal constante—estreñimiento/diarrea, inflamación intestinal, extrema flatulencia, y/o acidez estomacal; alergia matutina—mucosidad, estornudos, y ojos llorosos la mayoría de las mañanas; eczema—sarpullidos inexplicables en ciertas partes del cuerpo, psoriasis—resequedad escamosa molesta y dolorosa, dolor de articulaciones post-entrenamiento—particularmente en la espalda baja y brazos, desórdenes mentales—depresión irracional, cambios emocionales drásticos, ansiedad, etc., cansancio extremo ocasional, y otros padecimientos más que no vale la pena mencionar. No obstante, esto no fue todo.
En síntesis, puede ser algo personal o, tal vez mayormente general y hasta te puedas identificar con algunos de estos síntomas, pero el meollo del asunto es que, aun y consumiendo mayormente “alimentos completos no refinados”, “una dieta balanceada”, una “dieta saludable”—i.e. basada en plantas, o como le quieras llamar, mi salud general reflejaba que, aunque esta me mantenía con vida, no era la ideal. Como resultado de este cuadro de múltiples malestares, y ya bien metido en el tema de optimización corporal, me di a la tarea de mejorar mi situación personal.
Ya que el añadir suplementos y alimentos nuevos a mi dieta con la intención de mejorar no logró funcionar—y en ocasiones hasta solo me hizo empeorar, siguiendo el principio “vía-negativa” comencé a eliminar.
Tras leer sobre la “dieta paleolítica” mediante Mark Sisson, Rob Wolf, Chris Kresser y compañía, primeramente elimine toda fuente de gluten—lo cual me ayudó en cuanto a ciertos malestares, pero la mayoría quedaron allí. Consecuentemente, en vista del éxito obtenido, elimine todos los granos, legumbres, y cereales. Lo cual soluciono casi todos mis malestares de carácter autoinmunológico, no obstante, ciertos mentales, digestivos, y dermatológicos permanecieron.
Entonces, dentro de toda esta investigación, apareció la dieta cetogénica, la cual, desde una perspectiva evolutiva tenía bastante lógica, por lo que procedí a eliminar todo carbohidrato utilizable en su mayor parte. ¿Resultados? Claridad mental instantánea—la cual ya había experimentado al realizar ayunos mayores a 16 horas, disminución de hambre de manera general, reducción de frecuencia y severidad de brotes de dermatitis, desaparición de episodios de hipoglucemia, mejor sueño, y mejor sensación de bienestar general. En resumen, una gran mejora, pero no una recuperación total. Finalmente, llegó una estrategia que fue la más revolucionaria en mi camino nutricional, y que ciertamente, me costó trabajo aceptar y, posteriormente, probar: la dieta carnívora.
Esta dieta revolucionaria—por decir poco, que, al ser exactamente lo que su nombre confiere—la eliminación total del consumo de plantas , va contra todo lo que las autoridades nutricionales nos has vendido—minimiza tu consumo de grasas saturadas, consume muchas plantas (frutas, verduras, granos enteros, etc.), minimiza tu consumo de carnes rojas, etc.; estoy gustoso de decir, ha probado ser de bastante utilidad.
Esta “innovadora dieta”—realmente no tiene absolutamente nada de innovadora, ya que así hemos comido por la mayor parte de nuestra evolución (~2.5 millones de años) en comparación con aquella en la que un alto consumo de plantas tuvo su introducción (~10,000 años); es la responsable de que, actualmente, me encuentre desde un punto de vista de salud, desempeño, y bienestar general, mejor que en toda mi vida—aun y contando ciertos remanentes de daño causados por la dieta “real fooding” empleada en el pasado. Para muestra, cada vez que consumo ciertas plantas los malestares regresan con venganza, cuyos más perturbadores son los mentales.
Tras este descubrimiento, me he embarcado en la misión de ayudar a todas aquellas personas que están pasando por una situación similar, a grado tal, que decidí recrear totalmente mi libro de manera que este quedara alineado con mi nueva perspectiva en cuanto a fitness y salud general. Más importante, mi propósito es la prevención que hizo falta en mi situación—si no hubiera seguido las directrices de “una dieta balanceada basada en plantas” no estaría en la posición tan restrictiva que me encuentro hoy en día, pudiendo así disfrutar de alguna indulgencia de origen vegetal de manera ocasional. A lo que me refiero con esto, y no es para nada con la intención de “asustarte” o volcarte al “movimiento” carnívoro—intenciones muy frecuentes en aquellos proponentes del veganismo, sino de ayudarte a prevenir lo que me ha pasado a mi y, desgraciadamente, miles de personas alrededor del mundo hasta este punto—sino es que millones.
Habiéndote contado en breve mi historia, y porque soy un fuerte promotor de la dieta cetogénica, pero especialmente aquella basada en productos animales, viene el mayor cuestionamiento en relación con esto que, esperanzadamente, espero te ayude a comprender el porqué esta estrategia nutricional funciona en la práctica, es decir, la “teoría” detrás del porqué una dieta carnívora es superior a una vegetariana y, muy probablemente, a una “omnívora”—como la que la mayoría de las personas enfermas y/o desnutridas consumen hoy en día.
Estrategias alimenticias
Para comenzar con este controversial tema nutricional, existen 3 términos que debemos definir primero en este aspecto para saber como especie en qué rango cabemos.
Herbívoros
Debido a su estrategia alimenticia, muchos herbívoros necesitan consumir alimento todo el tiempo para mantenerse con vida ya que, contrario a los omnivoros y carnivoros cuya alimentación contiene alimentos altos en densidad nutricional—i.e. alimentos de origen animal, los herbívoros necesitan consumir voluminosas cantidades de comida para poder nutrirse correctamente.
Existen varios tipos de herbívoros que en ocasiones se traslapan, comiendo desde frutas hasta madera, pero la característica principal que los unifica, es que no necesitan, prefieren, ni funcionan bien al consumir productos de origen animal.
Asimismo, la mayoría de los herbívoros como los rumiantes y el resto de los primates, obtienen la mayor parte de su consumo calórico mediante triglicéridos de cadena corta producidos al fermentar vegetales altos en fibra—para lo cual poseen de amplias camaras de fermentacion de las que los humanos nos hemos librado a través de nuestra evolución. En otras palabras, su ingesta no es realmente alta en carbohidratos, sino en grasas (fuente).
Similarmente, este tipo de animales tienen procesos enzimáticos altamente activos—de los cuales los humanos carecemos o no son en comparacion tan productivos, que les permiten transformar compuestos pre-vitaminas en su forma utilizable dentro del cuerpo—carotenoides en vitamina A, vitamina K1 en vitamina K2, ALA en DHA, etc.
Omnívoros
Contrario al herbívoro y carnívoro, a un omnívoro no le importa mucho si su dieta está basada o es puramente conformada por alimentos de origen animal o vegetal. De cualquier manera puede sobrevivir sin ningún problema en la presencia total de un tipo de alimentos y la correspondiente ausencia del otro.
Es bien conocido que omnívoros como los puercos, los pollos, y los osos pueden sobrevivir por las largos periodos de tiempo consumiendo enteramente un tipo de alimento ante la correspondiente ausencia del otro—ya sea de origen animal o vegetal. Y no, los humanos ni los perros pueden categorizarse como omnívoros consumados—y mucho menos los gatos.
La raza humana, en contraste con cualquier otra considerada omnívora, necesita de ciertos nutrientes que no puede adquirir de manera natural de una fuente vegetal ya sea porque no vienen contenidos en lo absoluto en este tipo de alimentos—ej. vitamina B12, o porque la forma en la que vienen es en la de pre-vitamina, de cuyo proceso de conversión a su forma activa poseemos de manera altamente reducida—ej. vitamina A, vitamina K2, y DHA.
Es por esto que, habiendo ya descartado totalmente la idea de que el ser humano puede ser herbívoro u omnívoro, la pregunta es… ¿Será el ser humano mayormente carnívoro?
Carnívoros
Centralmente, no todos los carnívoros pueden ser considerados como “iguales,” ya que, realmente, existen 2 tipos de carnívoros elementales: obligados y facultativos.
Para no hacerla larga, podemos definir a los carnívoros obligados como la antítesis de los herbívoros, es decir, como aquellos que tienen en comparación con los herviboros, una dieta totalmente opuesta. Los carnívoros obligados, necesitan consumir carne si o si ya que, aunque pueden consumir materia vegetal, no tienen las herramientas digestivas y metabólicas adecuadas para poder obtener de ellas algún beneficio nutricional substancial.
Por otro lado, tenemos la categoría de carnívoros facultativos—la cual dejamos hasta el final por la razón que ya te imaginaras.
Centralmente, los carnívoros facultativos pueden consumir materia animal y vegetal, pero su cuerpo, digestión, y metabolismo está diseñado primordialmente para el consumo aislado de alimentos de origen animal, relegando así a aquellos de origen vegetal como algo “opcional”—y en ciertos casos hasta perjudicial. En otras palabras, un carnívoro facultativo, puede asimilar y por ende, sobrevivir por cortos periodos de tiempo consumiendo puramente plantas pero, a la larga, necesita consumir algún animal si o si para poder funcionar de manera ideal.
Los humanos somos carnívoros facultativos
Debido a que, contrario a los omnívoros, el ser humano como tal, tiene la necesidad de consumir ciertos nutrientes que solo puede obtener de alimentos de origen animal en cantidades suficientes—mayormente Vitamina B12, Vitamina A, y DHA; es que podemos determinar que se trata más de un carnívoro facultativo que de un omnívoro regular.
Asimismo, 2.5 millones de años siguiendo una dieta con un contenido insignificante de materia vegetal y altamente sustancial en consumo de aquella de materia animal durante el pleistoceno—última era de hielo que terminó hace aproximadamente 10,000 años y en la que materia vegetal “omnívora” era casi inexistente, respaldan esta realidad.
Ciertamente existen personas que han subsistido durante varios años siguiendo una dieta basada en plantas. ¿Pero a qué costo?
Muchos investigadores afirman, y esta es una teoría altamente reconocida—y con, diría yo, bastante respaldo científico; que nuestro alto consumo de animales es lo que nos convirtió en humanos tal cual somos el día de hoy (fuente). Más relevante, otro campamento científico teoriza que posterior al auge de la agricultura de hace 10,000 años, nuestros cuerpos, pero de mayor preocupación, nuestro cerebro, se han venido encogiendo con el pasar del tiempo debido a que cada vez más nuestra dieta está más basada en plantas que en alimentos de origen animal (fuente, fuente, fuente), lo cual, si los registros de historia no mienten, no está para nada alineado con nuestra biología evolutiva.
Similarmente, debido a las adaptaciones fisiológicas y digestivas que hemos adquirido durante nuestra evolución, contrario a los otros primates que obtienen la mayor parte de la energía ingerida mediante la fermentación, necesitamos ingerir grasas en cantidades suficiente para una óptima función, esto debido a que nuestra capacidad para fermentar materia vegetal es altamente deficiente en comparación.
En la práctica, históricamente la humanidad siempre a preferido el consumo de alimentos de origen animal y dejado a aquellos de origen vegetal para momentos en que la ingesta calórica proveniente de la primordial fuente no es suficiente. ¿De no ser así, para qué arriesgar la vida cazando en lugar de salir a buscar más frutas y verduras?
Es gracias a estas y demás razones que, conclusivamente, los humanos podemos no ser carnívoros obligados, pero tampoco somos realmente omnívoros, y mucho menos herbívoros sino que, debido a que necesitamos consumir cárnicos y los hemos consumido por más de 2.5 millones de años—en lugar de solo los últimos 10,000 años en los que una cantidad substancial de plantas se han agregado, los humanos somos carnívoros facultativos—necesitamos consumir animales para mantener una salud, bienestar, y desempeño ideales.
Si nuestra naturaleza biológica innata provista por nuestra historia evolutiva aún no te ha convencido de él porque deberías cambiar tu dieta de una basada en plantas a una basada en alimentos de origen animal, a continuación te presento 4 razones adicionales del por qué deberías cambiar tu forma de pensar en cuanto a cómo alimentarte para tu desempeño, bienestar, y salud general maximizar.
Superior densidad y biodisponibilidad nutricional
La dieta carnívora bien seguida es, sin lugar a dudas, la de mayor densidad y biodisponibilidad nutritiva.
Una dieta que consiste en el consumo de todas las partes de una animal—músculo, órganos, huesos, tejido conectivo, etc; contiene todos los nutrientes necesarios para que no solo el ser humano sobreviva, sino que prospere. Esto, considerando que, aunque no sea mencionado comúnmente, la carne de res fresca, pero especialmente, ciertos órganos de rumiantes—bazo, hígado, riñones, etc; contiene cantidades suficientes de vitamina C para evitar una deficiencia si estos no son cocidos exageradamente.
Adicionalmente, en una dieta primordialmente carnívora, la necesidad de vitamina C es drásticamente disminuida, esto debido mayormente a los bajos niveles de glucosa y azúcares que por esta es provista—la glucosa “obstruye” en cierta medida la absorción de vitamina C (estudio, estudio, estudio), en combinación con un alto consumo de carnitina característico de la carne de res—para cuya síntesis endógena la vitamina C es requerida (estudio).
Asimismo, es importante destacar que la fibra y los “fitonutrientes”—que más bien son solamente fitoquímicos (polifenoles, taninas, indoles, etc), no son para nada nutrientes necesarios para la salud humana, y hasta pueden tener un efecto neto mayormente perjudicial (algo que veremos a detalle más adelante).
Sin embargo no todos los alimentos de origen animal fueron creados iguales y satisfacen igualmente nuestras necesidades. Un error común es pensar que la carne se puede reemplazar sin problemas por huevos y productos lácteos—práctica regular de ciertos tipos de vegetarianismo. No obstante, existen 2 problemas con esto:
- Los lácteos no contienen cantidades significativas de vitamina C, carnitina, o vitamina B12—especialmente si estos han sido pasteurizados. Adicionalmente, los lácteos causan reacciones alérgicas en ciertas personas.
- Los huevos, en su mayoría, son demasiado altos en omega 6 en comparación con su contenido de omega 3—particularmente si estos no provienen de gallinas alimentadas de manera natural. Adicionalmente, similar a los lácteos, los huevos no contienen tanta vitamina B12 como la carne y pueden causar reacciones alérgicas en ciertas personas.
¿Porque esto es importante? La vitamina B12, una de las vitaminas esenciales para el ser humano, solo se encuentra en cantidades suficientes en las carnes, pero principalmente en la carne y órganos de rumiantes—notablemente hígado y sesos. Marcadamente, si no se quieren comer “animales conscientes” para obtener este nutriente—lo cual realmente no entendería, mariscos como las almejas, ostras, y mejillones son también excelentes fuentes de esta esencial vitamina—esto en adición a su su contenido del también esencial DHA. No obstante estos últimos carecen de otros nutrientes exclusivos de la carne como la carnitina, la carnosina, y la creatina.
Asimismo, existen otros nutrientes que, aunque también se encuentran en ciertas plantas, es tan contenidos de una manera que es para el ser humano difícil de asimilar, en otras palabras, que tienen una muy baja biodisponibilidad—ni siquiera pueden ser absorbidos—o vienen en una forma casi imposible de utilizar. Zinc, calcio, magnesio, hierro, y cobre son solo algunos ejemplos del primer caso (estudio, estudio, estudio), mientras que Vitamina A, Vitamina K, y DHA son ejemplos del segundo. En cuanto a nutrición, lo importante no es lo que ingieres, sino lo que digieres.
La mayor culpabilidad en relación con la baja disponibilidad de nutrientes en las plantas, la tiene los ya famosos “anti-nutrientes”, denominados así debido a que en lugar de permitir la buena nutrición derivada de una correcta asimilación, la inhiben. Más conocidos son los fitatos, oxalatos, y flavonoides.
Remarcablemente, este tipo de compuestos no sólo inhiben la absorción de los nutrientes presentes en la planta en cuestión que les acompañan, sino también a aquellos que puedan o no ser ingeridos en conjunción. Por ejemplo, en un estudio se observó que, el consumo de ostiones (alimento alto en zinc) acompañado de tortillas de maíz (alimento alto en fitatos), redujo la biodisponibilidad del zinc contenido en el animal drásticamente—casi en su totalidad, comparado a el consumo de ostiones de manera asilada (estudio).
No obstante, los químicos perjudiciales de las plantas dedicados a prevenir su consumo, no solo se reducen a “antinutrientes,” sino también con la misma función—evitar ser comidas, pero de manera más específica, también incluyen múltiples toxinas.
Escasez de toxinas
La mayoría de los componentes vegetales denominados como “fitonutrientes” que, originalmente eran conocidos como fitoquímicos, son realmente toxinas—naturales pesticidas y herbicidas, por lo que realmente no tienen la finalidad de nutrir a nadie, sino de dañar al animal que los consuma. Las plantas, al no poder correr ni defenderse con garras, colmillos, o corpulencia, han diseñado compuestos químicos que les sirven de defensa para desalentar su consumo o hasta matar a sus depredadores.
Ciertamente estas toxinas son mayormente efectivas en insectos y roedores, pero para el mamífero que las consume en mayores cantidades, si no pueden eliminarlo, ciertamente pueden en cierta medida dañarlo.
Destacadamente, en el caso de los famosos “antioxidantes” de las plantas, estos funcionan debido a ser toxinas que estimulan mecanismos antioxidantes naturales de nuestro cuerpo al tratar de deshacerse de ellos y/o mediante la creación de una tolerancia a su ingesta—i.e. función hormetica. Adicionalmente, en cuanto a su ingestión mediante suplementos en los que estas substancias vienen de manera aislada puede o no ser otra cosa (estudio), pero en la mayoría de los casos estos ni siquiera pueden ser asimilados cuando se consumen mediante plantas (estudio, estudio, estudio), esto mayormente debido a las cantidades mínimas en las que en estos alimentos vienen contenidos.
Además, el consumo de antioxidantes está basado en la premisa de “reducción de oxidación,” pero si lo que quieres es evitar la oxidación excesiva, ¿porque no prevenir su excesiva producción en lugar de tratar de “combatirla” en primer lugar?
Verdaderamente, ciertas toxinas de las plantas han servido ancestralmente y, de hecho, pueden servir como drogas recreativas, ergogénicas, o curativas, pero este hecho prueba mi punto—las plantas no son buenos alimentos en su gran mayoría. De allí el lema que resume mi filosofía nutritiva: “los animales son comida, las plantas son medicina.”
Asimismo, muchas de estas toxinas en únicamente las plantas contenidas, pueden provocar problemas autoinmunes en las personas debido a su alto potencial de causar permeabilidad intestinal. Dermatitis, dolor de articulaciones, e inestabilidad anímica son solo algunos ejemplos de malestares que son derivados del consumo de toxinas como los alcaloides, oxalatos, y lectinas; siendo posibles ejemplos enfermedades autoinmunes más severas como la esclerosis múltiple, diabetes tipo 1, y lupus.
Ultimadamente, la dieta carnívora además de ser altamente nutritiva, es totalmente carente de toxinas naturalmente—especialmente si los alimentos provienen de animales correctamente alimentados y dignamente tratados, pero los beneficios de la dieta carnívora no se quedan allí ya que, al ser esta la más alineada con nuestra biología evolutiva, también es la que nos confiere con la mejor función digestiva.
Optimización de digestión
El alto contenido de antinutrientes y toxinas contenido en la mayoría de las plantas, aunado a la baja biodisponibilidad y utilidad de los nutrientes contenidos en ellas, ya siento debería haberte convencido de no seguir una dieta “basada en plantas,” y mucho menos una vegetariana/vegana, pero, por si esto no fuera suficiente, la mayoría de las plantas, además de no proveer de mucha nutrición y contener elementos perjudiciales, también inhiben la buena digestión.
En conjunción con su contenido de antinutrientes que previenen la correcta digestión mediante la inhibición de absorción de minerales e interrupción del desdoble de proteínas, se le une la fibra que, contrario al conocimiento popular, promueve aún más esta disfunción (estudio).
Siguiendo el camino de nuestro tracto digestivo:
- Nuestro estómago, contrario a los herbívoros, tiene una acidez extremadamente alta y, de hecho, debido a que comenzamos nuestro camino carnívoro mas como carroñeros que como cazadores, es mayor a la de otros animales carnívoros obligados y facultativos—ej. felinos y caninos, esto para, además de degradar vastas cantidades de proteínas, poder esterilizar nuestros alimentos que, al ser carroñeros, estaban en muchas ocasiones “podridos”(estudio).
- El intestino delgado es el primero en entrar en acción en materias de absorción, y en él se vierten cantidades sustanciales de bilis y enzimas digestivas que facilitan el desdoble y digestión de grasas y proteínas. De hecho, es argumentado que, una causa muy probable de piedras en la vesícula biliar—órgano en la que la bilis es almacenada y preparada para ser empleada, es la inutilización de esta sustancia ocasionada por dietas bajas en grasas al ocasionar que esta se quede por mucho tiempo estancada (estudio).
- El intestino grueso, relativamente corto y carente de un ciego sustancial en comparación con aquellos herbívoros que lo emplean primariamente para fermentar—ej. los gorilas, en nuestro caso se emplea para absorber ciertos nutrientes remanentes, terminar de extraer el agua, y asimilar ciertos componentes mediante microbios putrefactivos no fermentativos—i.e. elementos no digeridos de origen animal como, por ejemplo, tejido conectivo (estudio).
- Finalmente, el colon acumula el bolo alimenticio indigerible, y se prepara para expulsar.
Similarmente, nuestro mecanismo digestivo contrario al de seres vivos mayormente herbívoros, no es estimulado por un alto consumo de materia vegetal—i.e. volumen de fibra, sino por la activación de liberación de enzimas digestivas—i.e. bilis, acido cloridrico, e insulina.
Conclusivamente, estamos diseñados para digerir mayormente cárnicos. Solamente compara la totalidad de tu calidad digestiva—desde la ingestión hasta la expulsión, de una comida conformada puramente de carne de res contra una que contenga plantas—te adelanto, de entrada no notaras ningun tipo de “acidez estomacal” al consumir la primera opción.
Flexibilidad metabólica
El metabolismo de grasas es el más eficiente y limpio y, ciertamente, el preferido por todos los mamíferos.
El metabolismo de glucosa es más “sucio” y requiere de ciertos nutrientes adicionales que, al ser empleados en esta función, pueden volcarse a un estado deficiente si estos no son repuestos acordemente—tiamina, vitamina C, vitamina D, potasio, y magnesio son los ejemplos más notables de esto. Conjunta este hecho con el alto contenido de antinutrientes y toxinas en plantas, y podrás darte cuenta del escenario en lo que esto puede ramificar—para muestra, solo voltea a ver a la población general y su alta incidencia de cáncer, enfermedad autoinmunes, y múltiples deficiencias.
Si, podemos consumir carbohidratos, y hasta sobrevivir de ellos por períodos sustanciales de tiempo. ¿Pero, es realmente esta la manera óptima? ¿Deberíamos funcionar siempre con una nubla mental en lugar de claridad? ¿Al ser la glucosa un substrato energético que no puede ser almacenado de manera substancial, es realmente descabellado sugerir que probablemente este no es el combustible ideal?
En materias de salud metabólica, considero que el cuerpo humano—y realmente de cualquier vertebrado, debería poder utilizar la grasa como su combustible principal sin ningún inconveniente. Si realmente la glucosa fuera nuestro combustible preferencial, la lógica dice que tendríamos que comer cada 3 horas para recargar nuestros niveles de energía como la industria nutricional afirma pero esto, afortunadamente, ya fue enfáticamente desmentido. ¿Cómo es posible que un sustrato que no puede ser almacenado en manera considerable pueda ser el preferencial en seres que no están acostumbrados a comer de manera regular?
Similarmente, ¿recuerdas que en la sección de toxinas vimos que si la meta era evitar la oxidación excesiva lo mejor era prevenirla en lugar de atacarla? Bueno pues el evitar consumir una dieta alta en carga glucémica, es una de las mejores maneras de hacerlo, ya que el azúcar y demás carbohidratos utilizables promueven la generación desmesurada de radicales libres, es decir, la oxidación, mediante varios caminos (estudio).
Por otro lado, contrario a lo que la mayoría de la gente piensa, de que el estar en un estado de cetosis de manera crónica ocasiona una “intolerancia” al consumo de azúcares y glucosa, el estar “ceto-adaptado” te proveerá de una mayor flexibilidad metabólica al incrementar la eficiencia con la que utilizas la glucosa—i.e. carbohidratos, esto de 2 maneras.
La primera tiene relación con el estado “ahorrador” de glucosa inducido por la ceto-adaptación, consistente primordialmente de una resistencia momentánea a la insulina—el organismo comienza a preferir la quema de ácidos grasos y cetonas en lugar de glucosa, dejando a esta última, mediante una resistencia temporal a su absorción, solo para momentos de “emergencia” en la que sea realmente requerida (ej. entrenamiento de resistencia). La segunda, y más relevante, proviene de la densidad mitocondrial incrementada por la cetosis “crónica”, por la que, como consecuencia, nos ayuda a obtener más energía de la glucosa ingerida.
Ciertamente, la glucosa es el sustrato energético más fácil de utilizar para nuestro cuerpo, pero de allí es de donde proviene la magia de la dieta cetogénica. El camino difícil es el camino correcto—particularmente en materias de mejora y fortalecimiento, y en cuanto aproximamiento nutricional, este dicho también se mantiene como uno correcto—mediante la ceto-adaptación el organismo se vuelve más eficiente con cualquier sustrato energético que corra por el cuerpo o, lo que es lo mismo, más “metabólicamente flexible.”
Para muestra, solo tienes que preguntarle a cualquier individuo que lleve más de 3 meses en una dieta cetogénica estricta, que es lo que sucede cuando ingieren una cantidad substancial de carbohidratos utilizables—almidón, azúcar, lactosa, etc. Ciertamente te dirá que un nivel de energía hasta sin igual es lo que suele experimentar—algo que un consumidor de hidratos frecuente no puede replicar.
Ultimadamente, todo apunta a que los humanos, contrario a la mayoría del resto de los animales, estamos predispuestos a mantenernos en cetosis, quemando asi grasas como fuente primaria de energía, no hidratos; muy probablemente siendo esta una de las mayores razones de nuestra superioridad intelectual racional—siendo una mayor ingesta de DHA, alta sociabilidad, y la superioridad densidad nutricional general provista por el consumo de animales, elementos influyentes de manera adicional.
Sustentabilidad medioambiental y moralidad
Habiendo aclarado del porqué la dieta carnívora es la dieta natural de la humanidad desde el aspecto fisiológico, veamos ahora porque también lo es desde un punto moral y de sustentabilidad medioambiental.
Comenzando con el aspecto medioambiental, es mejor para el ambiente en general, si se consume, en lugar de plantas, animales herbívoros alimentados de manera natural. Verdaderamente, los rumiantes son una maravilla, transforman material indigerible para la humanidad—pastura—en alimento altamente biodisponible, nutricionalmente denso, y libre de toxinas (fuente), no obstante, también sirven de “reciclaje” de energía.
Como es explicado en el vídeo mostrado arriba, El ganado alimentado con pastura que es rotado periódicamente a través del campo, es capaz de regenerar el suelo al secuestrar el carbono del mismo con los desechos derivados de consumirlo—heces y orina. De hecho, es propuesto, que la única manera de recuperar suelo muerto, y por ende, inutilizable para la agricultura, es mediante la implementación de este método, es decir, trayendo rumiantes al lugar en cuestión y dejándolos vivir allí. Por lo tanto, como puedes ver, la crianza de animales rumiantes alimentados con pasto no es algo perjudicial para el ambiente, sino beneficial.
Por otro lado, por el lado moral, contrario a los cultivos vegetales que matan millones de animales medianos e insectos anualmente, particularmente en relación al monto calórico que aportan, un hombre promedio puede sostener su alimentación mediante el consumo de 1-2 vacas por año fácilmente y, considerablemente menos, si se consumen también lácteos crudos con regularidad—idealmente del tipo A2, no A1. Por lo que a la larga, moralmente, es mucho mejor vivir puramente del consumo de animales rumiantes alimentados naturalmente, que de cultivos vegetales que no proveen mucho nutritiva y/o caloricamente.
La dieta carnívora óptima
Ya para cerrar, me gustaría aclarar que, cuando me refiero a “dieta carnívora,” aunque posible de seguir, no hablo de una compuesta de puros bisteces, o una en que la mayoría de los alimentos consumidos provienen de lácteos, puerco, aves de corral, o pescados; sino a una dieta carnívora óptima.
Una dieta carnívora óptima, es aquella conformada mayormente por carne de rumiantes—res, cabra, borrego, etc,; idealmente proveniente de una fuente alimentada naturalmente—i.e. pastura, y en la que se incluye el consumo de órganos y tejido conectivo regularmente—hígado, sesos/médula ósea, y caldo de huesos particularmente.
Existen múltiples razones para esta recomendación, pero las más importantes incluyen:
- La carne de rumiante, además de ser más provechosa para el ambiente al ser producida naturalmente, es mucho más rica en nutrientes que la de puerco, aves de corral, y la mayoría de pescados—siendo el salmón la mayor excepción.
- La carne de rumiante, siendo considerada puramente como el tejido muscular del animal, carece de nutrientes que solamente en hígado y sesos/médula-ósea se pueden encontrar de manera sustancial—mayormente Folato, Cobre, Vitamina A, Vitamina K, y DHA. Debido a esto, no solo esta, sino cualquier dieta sana debería contenerlos.
- El tejido conectivo, conformado mayormente por colágeno, es mas rico que el tejido muscular en su contenido del aminoácido antiinflamatorio, antioxidante, y calmante glicina (estudio), el cual, ademas de balancear la importante proporción metionina : glicina, tiene múltiples beneficios mas.
Últimamente, imagínate este escenario:
No has comido en más de una semana y estas muriendo de hambre—casi literalmente. ¿Qué preferirías comer hasta saciarte como tu único alimento en este punto?
- Ensalada.
- Fruta—la que sea.
- Avena, frijoles, o pan.
- Un jugoso, grasoso, y grueso bistec.
Si eres alguien con un apetito normal, no tengo que tratar de convencerte más…
Finalmente, a menos de que lo estés haciendo por razones terapéuticas, con este tipo de dieta, como con cualquier otra, no es necesario ser completamente estricto todo el tiempo. Recuerda que el comer es solamente una parte de vivir.
En lugar de tratar de evitar toda planta por el resto de tu vida—algo casi imposible, mejor apégate a la regla 80/20—come cárnicos 80% del tiempo y deja el 20% restante para comer cualquier tipo de planta que te agrade, pero, de preferencia, aquellas no tan dañinas. Tu bienestar psicológico, social, y posiblemente hasta corporal, te lo agradecerán.
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12 comentarios en «Porque Una Dieta Carnívora Es Superior A Una Vegetariana —Y Una Omnívora»
2.5 millones de años comiendo carne y ahora resulta que el humano siempre estuvo equivocado por que»estamos diseñados para comer plantas» esto es lo que dicen esos niñatos sabelotodo de ahora , y lo peor es que hay quien se lo cree , cómo los millones de seguidores de la youtuber rawana que al final resulto que estaba enferma y el dr le sugirió comer carne de vez en cuando para aliviarse .
Excelente artículo ojalá cada vez más gente abra los ojos, saludos
Gracias Jese.
Así es, la sociedad moderna está decayendo debido a todas esas mentiras nutricionales que nos han estado vendiendo. Lo peor de todo es que es mayormente por intereses económicos.
Los informados, reganemos nuestra salud.
En mi razonamiento, si la dieta carnívora fuera la más indicada, estuviéramos mejor adaptados al consumo de carne y no lo estamos ni en nuestra dentición ni en el tracto digestivo. Mi experiencia personal es de mejor digestión, energía y control de peso con una dieta de tipo mediterránea, minimizando derivados animales
Joseph,
Estamos adaptados para consumir carne. No obstante, si prefieres seguir una dieta «basada en plantas» – que para mi es inferior, es algo totalmente respetable.
Bueno, no juzgo que dices cosas bastante buenas y hay una información completa acerca del tema. Pero hay muchas cosas en las que estás equivocado. Primero, los seres humanos siempre, SIEMPRE han sido omnívoros, siempre hemos comido de todo. Segundo, con una dieta totalmente carnívora, estamos comiendo cantidades exageradas de proteína que el cuerpo no puede manejar, y termina por eliminarlas. Tercero, no se puede alcanzar una buena nutrición solo con carne, créeme, las carnes, especialmente si son de terneros engordados a base de maíz y soja, tienen un contenido alimenticio muy bajo, y aún si no lo fueran, te estarías perdiendo de la inmensa cantidad de sustancias buenas en le cuerpo presente SOLO EN FRUTAS Y VERDURAS, como es el caso de la quercetina, el resveratrol, el sulfurando, etc, todas con propiedades anti inflamatorias y en pro del sistema inmune, Y por último, las proteínas de estos alimentos de por sí desgastan mucho las células, aumentando radicales libres, favoreciendo la envejecimiento, y por ende, los efectos adversos de este. Todo es holistico mano, no puedes vivir bien a base de proteínas nada más
Jack
1. Es casi imposible consumir un exceso de proteína. Créeme, lo intentado, y te recomiendo intentarlo para que lo veas por ti mismo.
2. El contenido de micronutrientes en el tejido magro de los animales varia muy poco independientemente de la dieta, particularmente si se trata de un animal rumiante. El tejido graso es el que si se ve afectado, y por lo que que recomiendo el consumo de grasa animal de animales de pastoreo idealmente.
3. La mayoría de los compuestos «benéficos» solo presentes en frutas y verduras, no tienen beneficios en si mismos, sino que actúan al dañar al cuerpo, el organismo en respuesta actua activando mecanismos propios de anti-oxidación y/o anti-inflamación. Si ciertos elementos de las plantas fomentan mecanismos antioxidantes en el cuerpo, no es por el compuesto en si – cuyo es veneno, sino por la respuesta del cuerpo. Mejor hacer ejercicio para obtener el mismo y mayores beneficios – ganar musculo, por ejemplo.
4. La proteína fortalece al cuerpo, y, argumentablemente, es el único macronutriente esencial – deja de consumirla en su totalidad por un mes, para que veas como te va. Y si, teniendo las reservas de energía suficientes – grasa corporal, si puedes vivir solo de proteína si esta es de alta calidad – con alto contenido de micronutrientes como la carne de res.
Lo «holistico» es una perspectiva, y por ende es subjetivo. Todo es objetivo aquí.
Es fácil tratar de justificar las pre-concepciones en las que hemos basado nuestra vida, pero no es lo mejor. Lo mejor, aunque no lo mas fácil, es aceptar la verdad.
Saludos.
Felicidades por el artículo.
Desde mi humilde opinión y condición de aficionado me parece que aporta información relevante y muy bien fundamentada.
Al inicio del artículo me he sentido totalmente identificado con los síntomas que describes padecías en su momento.
Sigues con los saltos que has dado con las sucesivas dietas. También me siento totalmente identificado.
Con este artículo me animas a pasar a la siguiente fase con esta dieta carnívora.
Actualmente sigo dieta cetogénica (sin medir cetones y sin contar calorías). Con ayunos frecuentes (varias veces a la semana One Meal A Day) y recargas semanales de hidratos (almidón resistente proveniente de tubérculos, fundamentalmente).
Lácteos al mínimo y generalmente en forma de fermentos (kéfir y queso).
En algún período de «descanso» consumo algo de dulce y esporádicamente algo de glúten (espelta, más las trazas que pueda haber en lo que como fuera de casa)…
Mis reflexiones en relación a esta forma de alimentarse son las siguientes.
Autores que citas como Sisson y otros, hacen referencia frecuente a la dieta carnívora. Y creen que es necesaria más evidencia por un lado y por otro, especulan con la posibilidad que es tan restrictiva que los efectos antiinflamatorios que reportas sean debidos a precisamente, eso, la restricción de tantos alimentos que es difícil que alguno provoque esas intolerancias, alergias, etc.
Por otro lado, me gustaría preguntarte sobre Neu5Gc. La proteína que consumo es fundamentalmente de pescado y huevos. Y la carne suele venir de aves e hígado de ternera. ¿Qué opinas de la supuesta pérdida de capacidad del ser humano de metabolizar este azúcar que se encuentra en la carne de mamíferos? (citas al final del artículo que es posiblemente la carne de mejor calidad).
Muchas gracias y te felicito nuevamente por este gran artículo.
Gracias Javi.
Asi es, no tienes nada que perder probando este tipo de dieta.
En cuanto a la Neu5Gc, debido a la minima cantidad en la que en la carne viene contenida, no me preocuparia, especialmente en un tipo de dieta como esta en la que la ingesta de hidratos es casi nula.
Excelente!
Gracias Hector.
Afirmaciones extraordinarias requieren demostraciones extraordinarias.
Un consejo, rebaja el tono, estas comentando tu experiencia personal, eso está muy bien, justo por eso deberías dejar de hablar como si tuvieses tres grados en ciencias de la salud y un doctorado en carne. Ni aunque fueras el tipo con mayor experiencia en este campo del mundo, deberías hablar así.
Pero, si has llegado hasta aquí escribiendo con ese tono y sin aportar ni fuentes ni demostraciones (no, mencionar «estudios» o «descubrimientos» no vale), ya imagino que no has venido aquí a debatir o a estudiar la nutricion, has venido a revelarnos la gran verdad que posees (y que para sorpresa de nadie adquiriste hace poquito tiempo, pero estás 200% seguro de que no te equivocas en nada).
Informate un poco más, crack, y leete papers, no por que no sepas, si no por que nadie que le interese el tema y tenga un poco de capacidad crítica se va a molestar en leerte. Aunque es ovbio que no escribes para gente seria.
Lo dicho, si quieres hablar de ciencia, se habla con números, porcentajes y grados de certeza sobre cada pequeño detalle. Si vas a hablar de «pos a mi me funciona, de verdá de verdá y a ver quien es capaz de cambiarme de opinión!» al menos molestate en dejar claro con tu tono que es una opinion, flipao.
Hola Alex
Además de miles de años de evolución, tengo un libro completo con referencias y explicaciones de lo que promuevo.
Saludos y éxito.
Saludos y éxito.
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