Porque Siempre Es Tu Responsabilidad —O Así Lo Deberías Considerar

En esta era de «SJWs,» feminismo y colectivismo, no es común encontrarnos con alguien que sepa tomar responsabilidad. Contrario a épocas pasadas, ahora “nadie tiene la culpa de nada,” sino que la responsabilidad siempre es transferida a alguien/algo más. Bueno, pues hoy vengo a decirte que esta no es la perspectiva que deberías tomar, sino su completo opuesto: siempre es tu responsabilidad, o al menos así lo deberías considerar.

Como veremos, esto no es por cuestiones “morales” o “filosóficas,”  sino puramente psicológicas. Todo es cuestión de perspectivas, y el simple hecho de cambiar nuestra manera de ver las cosas e interactuar con ellas, de cambiar nuestra mentalidad, es capaz de hacer que experimentemos una situación específica de manera totalmente distinta, así como también el obtener diferentes resultados. El tomar total responsabilidad es la manera más drástica de cambiar tu mentalidad.

Así también, además de aquellos del psique, los cuales considero los más importantes, veras porque este cambio de punto de vista te conferirá beneficios sociales que van más allá de la simple y banal “popularidad,” y que te darán una vida social más satisfactoria, tanto en relaciones amistosas, como profesionales y románticas. Simplemente, estas tendrán una mayor calidad.

Dicho esto, el concepto básico es sencillo: toma total responsabilidad, toda culpa, de todo lo que que te sucede, sea esto o no “verdad.” Date cuenta primeramente que, a excepción de casos extraordinarios—ej., cuando eras niño; generalmente esto es verdad—ej., tu pareja no te dejo porque “cambió de opinión,” sino porque simplemente dejo de respetarte; y, en segunda instancia, que esto, “sea tu culpa o no,” es irrelevante por el simple hecho de que esta ideación te brinda más control, y tu quieres más control. Entre más control mejor. Esto porque: control es poder.

 

Poder

Control es poder. Poder es control. A mayor control real o percibido tengas de la situación, mejor. Esta es la razón principal por la que tienes que considerar todo lo que te sucede, ha sucedido y sucederá como tu responsabilidad. Debido a que a mayor control mayor poder, si puedes también hacerlo con lo que es evidente no es el caso, como tu niñez, mejor. Esto hará que sea imposible puedas victimizarte y, en lugar de que comiences a sentir pena por ti sin hacer nada, ponerte a trabajar lo mejor que puedas con las cartas que tengas—la marca elemental del hombre superior.

Si existe algo que me causa repulsión, mayormente por no estar alineado con mis valores, eso es  la victimización. Y no lo digo como alguien “perfecto” en este aspecto, me es común verme todavía en ocasiones haciéndolo y, al mismo tiempo, sintiendo rechazo, y la voluntad de cambiar, al recapacitar—todos somos humanos. Verdaderamente, no existe nada que obstaculice más tu progreso, y el de la humanidad, que el no adoptar una mentalidad de completa responsabilidad.

La lastima es para los débiles. No deseo que nadie jamás sienta lastima por mi persona independientemente de lo que me pase, mucho menos yo así mi mismo, y si realmente quieres progresar y explotar toda tu potencialidad, debes adoptar una filosofía similar. Acepta que nada puede pasarte que esté fuera de tu control, y por lo tanto, que no puedas manejar. Puedes trabajar con todo lo que la vida te arroje, porque está en tu capacidad y responsabilidad. Tu eres tuyo. El mundo es tuyo. Todo es tuyo. Tu destino es tu responsabilidad, y de nadie más.

¿Se metieron a tu auto y te robaron? Es tu culpa por no haberlo dejado en otro lado. ¿La persona con la que salías resultó ser algo que no te imaginabas? Es tu culpa el no haberlo descubierto antes de involucrarte tanto con ella. ¿Te quedaste sin fuente de ingresos económicos debido a una crisis mundial? Deberías de haberte preparado al diversificar tus fuentes, ahora lo debes solucionarlo. Nunca te quejes. Nunca culpes al universo, y mucho menos a otras personas. Siempre es tu culpa.

Por supuesto, esta no es la perspectiva más cómoda o fácil, pero esa es la carga de la superioridad. Es cuando los hombres deciden no adoptar esta mentalidad que la insatisfacción se suscitan. Es cuando esta realidad es negada que todo comienza a derrumbarse, y que todo comienza a perder sentido. Existe una brecha entre la situación y nuestra reacción a ella, y esa es nuestra mentalidad. No es el “qué,” sino el porqué. No es el hecho, sino el intento. No es la situación, sino la intención.

De no aceptar que siempre es tu responsabilidad, jamás podrás percibirte con un control total. Mucho menos podemos hablar de liderazgo de no estar la total responsabilidad dentro de tu vocabulario, al ser este el siguiente beneficio por el que adoptar este tipo de mentalidad es crucial.

 

Liderazgo

¿Cómo puedes liderar a los demás si no puedes siquiera liderarte a ti mismo? Esa es una pregunta que tú mismo te harás constantemente, así como también los demás siempre que te encuentres en una posición de autoridad y trates de deferir responsabilidad. En este caso, más que en ningún otro, verdaderamente, siempre es tu responsabilidad, lo que pase o no pase. Siempre es tu culpa.

Si en el área laboral, por ejemplo, un individuo de tu equipo tiene un desempeño deficiente, siendo tu el líder del mismo, el no es culpable, él es imposible de culpar. La culpa es totalmente tuya. O lo seleccionaste malamente, al no reconocer su carácter particular; o no le enseñaste correctamente—cuales son las formas/razones de las tareas a realizar. En cualquier caso sólo tú eres culpable. Ni siquiera el hecho de que otra persona lo haya contratado, por ejemplo, deja de ser tu responsabilidad, porque ahora debes descifrar cómo puedes trabajar mejor con lo que tienes, ya sea convenciendo a quien pueda cambiar a la persona, o aprendiendo cómo la puedes emplear. En cualquier caso, la responsabilidad derivada de tu autoridad, es completamente tuya. 

Es por esto que si quieres ser un buen líder, y de hecho, simplemente comenzar siquiera a ser considerado como tal, en donde la gente te sigue no porque “debe,” sino porque quiere, debes aceptar que siempre es tu responsabilidad, y actuar como tal. Todo lo que le suceda al proyecto y tu equipo cae sobre tus hombros, sea lo que sea. Para que el liderazgo pueda funcionar, así como no puede existir responsabilidad sin autoridad, tampoco puede haber autoridad sin responsabilidad.

No obstante, sea tu inclinación o no aquella de liderazgo, en la estricta definición de la palabra, algo de lo que definitivamente te beneficiarias de reconocer que siempre es tu responsabilidad es una completa independencia, ya que esta, similar a la autoridad, trabaja de manera simbiótica con la responsabilidad. Así como no puede existir responsabilidad sin independencia, tampoco puede suscitarse una independencia sin responsabilidad. El individuo independiente es aquel más responsable, al no depender de nada ni nadie. “Un gran poder implica una gran responsabilidad.“

 

Independencia

Alineado con mi personalidad particular, el mayor beneficio de aceptar que siempre es tu responsabilidad, y de hecho, en simbiosis con el resto de los vistos, es aquel de la independencia total. Por propia lógica deductiva, a mayor responsabilidad tengas sobre tu vida mayor la independencia que de esto se deriva. Si crees que alguien más “tiene la culpa” o “que otro “vendrá a salvarte,” si, estás perdiendo la carga de la responsabilidad de hacerlo por ti mismo, pero con ello también tu percepción de control e independencia. Te estás perdiendo a ti mismo por el colectivo.

Caso opuesto, aceptando que siempre es tu responsabilidad, particularmente si esto incluye el bienestar de alguien más, mayor poder personal percibirás, y con ello confianza y seguridad. Por supuesto, este no es el camino más fácil/cómodo, sino el más difícil, pero, ciertamente, también es el de mayor empoderamiento y satisfacción al final. En síntesis, el camino de mayor felicidad.

Si crees que siempre es tu responsabilidad, sea lo que sea, no existirá manera en que algo o alguien puede influir en tu independencia al saberte en control total de lo que te pasa. Si, es un lugar de soledad que puede parecer oscuro en algunos momentos, pero, de ser bien manejado, también la posición de mayor empoderamiento que puedas experimentar. Una vez te consideres responsable de todo lo que te sucede sabrás que, sin importar lo que te pase, “o encontrarás el camino, o harás el camino,” porque, al no depender de nada ni nadie, no existirá otra manera.

Responsabilidad plena es la mayor diferencia entre superar tus mayores miedos o sucumbir ante ellos, creyendo que “lo que te sucede es injusto” o culpa de alguien/algo más. Esto solo conduce a la dependencia. Reconocer que siempre es tu responsabilidad, en toda situación, para bien o para mal, es la clave para alcanzar la independencia total, y con ella también la libertad plena. Puedes ser una víctima dependiente o un hombre responsable y libre. Ultimadamente, la decisión es tuya.

 

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