Como El MBTI Te Ayudará A Entender A Los Demás —Y A Amarlos Más

entender a los demás

Si existe algún tema que toda persona debería estudiar es la psicología, esto principalmente porque, como humanidad, vivimos más en un mundo de personas que de cosas. El poder en nuestra sociedad, no es representado tanto por nuestra corpulencia como en el resto del mundo animal—aunque definitivamente sigue siendo un aspecto altamente relevante del atractivo masculino, sino de nuestra capacidad para entender a los demás y, por lo tanto, poder relacionarnos mejor con las personas—y amarlas más.

Adicionalmente, las relaciones en general, con relevancia primaria para la mujer y secundaria para el hombre, son uno de los 2 propósitos más grandes del humano—siendo la misión de vida el otro, por lo que, en adición a ayudarte la psicología a entender a la humanidad en colectivo, además de a ti mismo, te facilitara la interacción con los demás en general, y por lo tanto, el poder satisfacer tus requerimientos en este rubro semi-esencial para el hombre, fundamental para la mujer.

Dicho esto, aun y si en tu caso tu misión no requiere intervención de otras personas, lo cual es casi imposible en esta época a  no ser que tu misión sea de baja escala o involucre la maestría sobre ti mismo o sobre tu oficio independientemente del resultado—algo totalmente válido, el tener un conocimiento básico del porqué las “personas actúan como actúan’ te ayudará a lidiar con aquellas pocas con las que suelas interactuar, para así esto no interrumpa esto tu progreso de misión particular—una disputa con la persona equivocada en el momento equivocado puede no solo arruinar tu misión, sino tu vida entera.

En síntesis, un conocimiento básico de la psicología humana jamás te será “de más’‘, sino que solo puede ensalzar tu vida en múltiples maneras independientemente de tu meta principal particular. Bueno pues en mi experiencia y la de miles de personas mas, no existe mejor método de iniciación en este campo que el MBTI, por lo que en este nos vamos a enfocar, más específicamente, como el MBTI te ayudará a entender a los demás —y amarlos más.

 

Definición del MBTI

Comenzando con el concepto básico, el MBTI, como su nombre lo dice por sus siglas en inglés  (“Myers-briggs Type Indicator”), es un Indicador de tipo de personalidad formulado por Myers-briggs, quien a su vez, se basó en las funciones cognitivas descritas por Carl Jung.

Aunque rechazado por múltiples “expertos” de psicología, en mi experiencia, y la de miles de personas más alrededor del mundo, es una de las mejores maneras, tanto en cuanto a practicidad, como en certeza y efectividad, de tipificar la personalidad de una persona en particular. De hecho, hablando de mi caso, lo que comenzó como un “quizás” se ha convertido cada vez más y más en un definitivamente. Simplemente, es una realidad que este tipo de determinador de personalidad funciona, y todo porque las funciones cognitivas que Jung identificó buenamente, si están en nosotros presentes.

 

Funciones cognitivasFunciones MBTI

Existen 4 funciones cognitivas elementales que todos poseemos, pero utilizamos en distintas medidas: razón, emoción, intuición y sensación. Estas a su vez pueden ser de 2 naturalezas, ya sea introvertida o extrovertida. A manera breve, las definiciones de cada función según el MBTI son:

Sensación extravertida: actúa sobre datos concretos de aquí y ahora. Confía en el presente, luego lo deja ir. Vive y prospera en el ahora más que cualquier otra función. Está altamente relacionada con la sensación de los 5 sentidos en el momento—olfato, gusto, tacto, vista y oído.

Sensación introvertida: compara hechos y experiencias presentes con experiencias pasadas. Confía en el pasado. Almacena datos sensoriales para uso futuro. Mantiene la tradición en alta estima y cree que el método probado y verdadero es siempre la mejor manera de hacer las cosas.

Intuición extrovertida: ve posibilidades en el mundo externo. Confía en los flashazos del inconsciente, cuyos pueden ser difíciles para otros de entender.  Es capaz de entretener múltiples ideas contradictorias simultáneamente, ya que ve casi todos los aspectos de cada situación.

Intuición introvertida: observa la coherencia de ideas y pensamientos con un marco interno. Confía en los flashazos del inconsciente y epifanías—momentos “aha,” que pueden ser difíciles de entender para los demás. Es una función con visión a futuro que busca identificar el resultado óptimo o más probable de eventos futuros. Es considerada la función más “mística” de las 8.

Razón extrovertida: busca lógica y coherencia en el mundo exterior. Se preocupa por leyes y reglas externas. Implementa de forma natural planes concretos para lograr las metas y es rápido para tomar decisiones. Suele emplear un razonamiento objetivo en lugar de uno subjetivo.

Razón introvertida: busca la coherencia interna y la lógica de las ideas. Confía en su marco interno, que puede ser difícil de explicar a los demás. Busca una comprensión profunda de cómo funcionan las cosas; quiere deconstruir las cosas para observar las partes individuales y ver cómo funcionan las cosas como un todo. Suele emplear un razonamiento subjetivo en lugar de uno objetivo.

Emoción extrovertida: busca la armonía con y entre las personas del mundo exterior. Los valores interpersonales y culturales son importantes. Requiere interacción social para mantenerse satisfecho más que cualquier otra función.

Emoción introvertida: busca la armonía de acciones y pensamientos con los valores personales. Puede que no siempre articule esos valores. Busca el significado más profundo detrás de todo.

 

De esta 8 funciones, las funciones extrovertidas están direccionadas a la acción e interacción con el mundo exterior. Las funciones introvertidas, en cambio,  están orientadas al análisis y la reflexión. Todos poseemos de 2 funciones introvertidas y 2 funciones extrovertidas, lo único que cambia es el orden de las mismas (cosa que veremos a detalle más adelante).

Derivadamente, contrario a la creencia popular, y mi propio conocimiento previo sobre el tema, el continuo introversión-extroversión no significa que “un introvertido gane energía al estar solo y la pierda al estar acompañado” o que, contrariamente, “un extrovertido gane energía al estar acompañado y la pierda al estar solo,” o bueno, aunque el resultado si es el declarado, el principio está equivocado.

No es solo por “cuestiones de energía” que esto sucede, sino porque, el individuo en cuestión está utilizando una función cognitiva que no le es su inclinación natural, lo cual, en ambos casos—introversión o extroversión, le desgasta. Es lo mismo que el tratar de hacer algo que nunca has realizado, como tocar un instrumento musical por primera vez, por ejemplo, solamente que en el caso del continuo introversión-extroversión, será difícil, sino es que imposible, adquirir un nivel de “proficiencia” que te permita realizarlo con facilidad, por lo que siempre “perderás energía.”

Similarmente no existe un tipo de “introvertido” o “extrovertido,” sino que, como ya vimos, 4 de cada uno, esto derivado de cada uno de los 4 tipos de funciones cognitivas. 4 funciones introvertidas en adición a 4 funciones extrovertidas, son las que conforman las 8 funciones cognitivas. Es por esto que ciertas personas son categorizadas equivocadamente como “introvertidas” o “extrovertidas” cuando no lo son, y todo porque su función, introvertida o extrovertida, no hace alusión a lo que usualmente categorizamos como alguien “introvertido” o extrovertido.”

Llevado a la práctica, puede que seamos o conozcamos a alguien que “casi no habla” y, por lo tanto le categorizamos como”introvertido,” no obstante, puede que esta percepción provenga del hecho de que su función dominante es la intuición extrovertida la cual, más que a hablar, lo inclinara a actividades basadas en el reconocimiento de patrones o conceptos externos, y por lo tanto, se verá más “solitario” que social en comparación con los demás. El caso contrario, un introvertido confundido por un extrovertido, es algo más difícil de encontrar, pero definitivamente puede pasar si, por ejemplo, las razones o emociones tienen el suficiente peso como para verse en la necesidad “hacerlo hablar,” especialmente siendo su segunda función una de decisión—razón o emoción.

En adición a las diferencias entre funciones en base al continuo introversión-extroversión, se encuentra la diferenciación en cuanto al continuo masculino-femenino.

 

Orden de las funciones

Apilamiento MBTI

Así como el medir tu medida de cintura en lugar de utilizar un plicómetro te puede ayudar a determinar tu porcentaje de grasa corporal, aunque los test en línea o el tratar de identificar en donde se encuentra tu personalidad letra por letra te puede dar un buen acercamiento a tu personalidad, la manera más precisa es hacerlo mediante la determinación del orden de cada una de las 8 funciones cognitivas en tu persona—ignorando las 4 restantes, no sólo mediante las 4 letras.

Lo que significa que no solo debes identificar si eres “introvertido” o “extrovertido” por ejemplo, sino si eres primordialmente introvertido o extrovertido en el ramo intuitivo, racional, sensorial o emocional. Consecuentemente, esto también se traduce a que no puedes ser solo primariamente intuitivo, sino intuitivo extrovertido o intuitivo extrovertido, por ejemplo—no las 2. 

Asimismo, debemos considerar que en el caso de los 4 tipos de funciones, así como sucede con la introversion/extroversion, se trata de un continuo, por lo que, más probablemente, no te encontrarás totalmente inclinado a un extremo—ej., totalmente intuitivo o sensorial, sino en un punto del rango entre los 2 extremos, pudiendo ser el caso de que te encuentres en un punto intermedio—ej., ambiversión en el caso del continuo introversión-extroversión.

Dicho esto, centralmente, existen 2 tipos de funciones para percibir: intuición (I) y sensación (S); y 2 para decidir: razón (T) y emoción (F). Las 2 primeras nos sirven para adquirir y/o ordenar información, las 2 últimas para decidir sobre qué hacer con la información ya adquirida. Si la primera función extrovertida de nuestro conjunto de 4 es una función de percepción, se califica al individuo como perceptivo (P); si la primera función extrovertida pertenece a tomas de decisión, en cambio, se denomina a la persona como “calificador” (J). 

Así como todos poseemos de 2 funciones introvertidas y 2 funciones extrovertidas, también todos tenemos 2 funciones de decisión y 2 funciones de percepción. De hecho, en conjunción, todos tenemos una función de decisión introvertida, una función de decisión extrovertida, una función de percepción introvertida y una función de percepción extrovertida. De nuevo, lo único que cambia de una personalidad a otra, es el orden y arreglo.

De aquí que lo primero que debes de hacer es determinar si te la pasas percibiendo o decidiendo la mayor parte del tiempo, y, una vez hecho esto, el tipo de información que sueles percibir (hechos o conceptos) o el criterio en el que te basas para decidir (razones o emociones). Es común que una persona inclinada a la percepción prefiera tomar mas y mas información en lugar de actuar, mientras que aquella con preferencia por la decisión suela actuar con mayor frecuencia independientemente de si considera tiene “toda la información correcta,” por ejemplo.

Cualquier tipo puede, teóricamente, acceder a cualquiera de las ocho funciones cognitivas, pero el utilizar una función que no forma parte del apilamiento de tu tipo será una experiencia increíblemente agotadora—de allí que “los introvertidos pierdan energía en la interacción social y los extrovertidos al estar solos”.

Centralmente, existen 4 tipos de posiciones de funciones, las cuales determinan su relevancia en un tipo de personalidad MBTI específica. Esto significa que no toda función cognitiva que integra nuestro “apilamiento” tiene la misma importancia en nuestro procesamiento cerebral, sino que existe una jerarquía para cada una de ellas, y así es como nuestro cerebro las emplea—basado en su prioridad. Esta es la jerarquía de apilamiento de funciones cognitivas para cualquier persona:

Función dominante: Función primaria en cuanto a prioridad y utilización a punto tal que generalmente ni te das cuenta de que la estás utilizando.

Función auxiliar: Función secundaria en cuanto a prioridad y utilización que, como tal, asiste a la función dominante a transmitir y/o formular ideas. Generalmente es la más fácil de identificar al ser esta la 2da en cuanto a fuerza, pero de cuya podemos estar cognitivamente “separados».

Función terciaria: Función diametralmente opuesta a la función auxiliar. En ciertos tipos, trabajan en ciclo con la función dominante—ej., Ni y Fi se unen para visualizar posibles escenarios futuros emocionalmente cargados. Usualmente se empieza a manifestar más y más cuanto más envejeces.

Función inferior: Función diametralmente opuesta a la función dominante. Suele mostrarse en nuestros vicios o comportamientos en condiciones estresantes. Saber interactuar con esta función de forma saludable es parte crucial de la meta perpetua de autorrealización en la que todo ser humano se debería involucrar independientemente de su tipo de personalidad particular.

Para determinar el orden de las funciones de un tipo de personalidad en específico, las 2 letras de en medio son las más importantes, al estas determinar las 2 primeras funciones del apilamiento MBTI. De allí, basado en si el tipo es primariamente perceptor (P) o juzgador (J), sabremos el orden y orientación de estas 2 primeras funciones al, en un perceptor (P) la función indicada por la 2da letra de las siglas denotar una orientación de extroversión y, en oposición, en el juzgador (J) indicar que se encuentra en un posicionamiento de introversión. 

Ya de allí, por ende, sabemos que la función representada por la 3ra letra va en la dirección opuesta a la anterior, introversión o extroversión dependiendo de la primera—las funciones siempre van intercaladas en oposición, y, basado en la 1ra letra del tipo, podemos determinar que función va primero que la otra—si se trata de un extrovertido “E” la primera función es la extrovertida y, derivadamente, la segunda será introvertida, y lo opuesto sucede en el caso de un introvertido “I” (la función introvertida de las 2 primeras funciones es la de mayor importancia).

Por ejemplo, siendo la personalidad «ENTP,» sabemos que, basado en la 2da letra considerando la 4ta letra que indica se trata de un perceptor, una de sus 2 primeras funciones cognitivas es la intuición extrovertida (Ne), seguidamente, basado en la 3ra letra, la otra sería razón introvertida (Ti) y, de allí, debido a ser una personalidad extrovertida (E) como indica la primera letra, sabemos que la intuición extrovertida iría primero, como función dominante, y la razón introvertida iría después, como función auxiliar (Ne > Ti). 

Finalmente, conociendo que la función terciaria siempre es aquella diametralmente opuesta a la auxiliar y, de manera similar, la inferior lo es a la dominante, encontramos que, en el caso de la personalidad ENTP, la función terciaria es la emoción extrovertida (Fe) y la sensación introvertida (Si) su función inferior. En conjunción, determinamos que el apilamiento de 4 funciones cognitivas de la personalidad “ENTP” queda de la siguiente manera: Ne > Ti > Fe > Si.

Basado en este fórmula, para una identificación más rápida, estos son los apilamientos de funciones para los 16 tipos de personalidades MBTI posibles:

INTJ: Ni > Te > Fi > Se

INFJ:  Ni > Fe > Ti > Se

ENTJ: Te > Ni > Se > Fi

ENFJ:  Fe > Ni > Se > Ti

ENTP:  Ne > Ti > Fe > Si

INTP: Ti > Ne > Si > Fe

INFP:  Fi > Ne > Si > Te

ENFP: Ne > Fi > Te > Si

ESTP: Se > Ti > Fe > Ni

ESFP: Se > Fi > Te > Ni

ISTP: Ti > Se > Ni > Fe

ISFP: Fi > Se > Ni > Te

ISFJ:  Si > Fe > Ti > Ne

ESFJ:  Fe > Si > Ne > Ti

ESTJ:  Te > Si > Ne > Fi

ISTJ:  Si > Te > Fi > Ne

 

Género de las funciones

Distribución MBTI

Tradicionalmente, lo masculino es cerrado, iniciativo y rígido. Lo femenino es abierto, receptivo y fluido. En otras palabras, lo masculino es difícil de cambiar por elementos externos, mientras que, en contraste, lo femenino es fácilmente modificable. Bueno, pues esto puede ocurrir con todas y cada una de las funciones, es decir, toda función puede ser de naturaleza masculina o femenina. De hecho, argumentativamente, las definiciones sociales que tenemos de lo que es “masculinidad” o “feminidad” vienen de nuestra propia observación del cómo actúa una persona con ciertas funciones cognitivas masculinas o femeninas.

Basado en cuestiones biológicas y razones socioculturales, las funciones cognitivas de razón y sensación son categorizadas como masculinas y las de emoción e intuición como femeninas. En realidad, como es observado en el arreglo de funciones MBTI,  la emoción es el opuesto de la razón como la intuición lo es de la sensación, en donde tanto razón como emoción son una función consciente y, en oposición, tanto la sensación como la intuición son de una naturaleza mayormente inconsciente. En otros términos, la emoción es la forma de “raciocinio” de lo femenino, contrario a la razón de lo masculino, y la sensación es la forma de percepción de lo masculino, en contraste a la intuición de lo femenino.

De hecho, generalmente, cuando una mujer busca verificar la masculinidad de un hombre con ciertas “pruebas», lo que está tratando de hacer es, más específicamente, poner a prueba la masculinidad de tu función cognitiva racional. Si puede cambiar “tus razones” para hacer algo fácilmente, esto significa que no eres lo suficientemente masculino—al menos no en este rubro.

No obstante, toda función, independientemente de su naturaleza—razón, intuición, emoción o sensación; puede ser masculina o femenina, esto basado en la definición ya vista: si la función es mayormente rígida a la influencia externa, es masculina, si es fácilmente modificable, es femenina. Asimismo, similar a la dinámica entre tipo de funciones en el apilamiento, si una función determinada es masculina, su opuesto siempre será, inherentemente, feminino.

Cuando una persona posee sólo una función “masculina” (razón o sensación), como masculina, se le denomina único masculino—o único femenino que es lo mismo. Cuando un individuo tiene 2 funciones “masculinas” como masculinas, entonces se le denomina doble masculino. Derivadamente, alguien con 2 funciones “femeninas” (emoción o intuición). como femeninas, es categorizado como doble femenino.

Tanto mujer como hombre pueden ser único masculino/femenino, doble masculino o doble femenino. Esto, sin importar el orden en que se encuentran las funciones masculinas o femeninas en una persona particular—dominante, auxiliar, terciaria o inferior. Generalmente los homosexuales y/o personas con energías sexuales opuestas a su género—hombre femenino o mujer masculina, suelen ser dobles femeninos en el caso de los hombres y dobles masculinos en el caso de las mujeres.

Similarmente, esta característica masculina-femenina de una función específica, es imposible de modificar, siendo la única posibilidad alguna variación hormonal—y aun esta opción es debatible  al muy probablemente quedar esto fijo desde el nacimiento o tras la pubertad.

Una nota clave es que, sabiendo que lo masculino adquiere su estado desde dentro y  lo femenino desde fuera, inherentemente una función introvertida puede ser considerada “más masculina” que una extrovertida al provenir de dentro en lugar de fuera. Alguien con una función dominante introvertida, independientemente de su naturaleza—razón, emoción, intuición o sensación, será percibido como “más masculino” por los demás y sí mismo comparado con aquel en que su función dominante sea extrovertida. Esto porque, contrario al primer tipo de persona, la segunda tendrá la necesidad de interactuar con el mundo exterior, en cambio el primer tipo no. O lo que es lo mismo, en el primer caso las acciones estarán basadas a partir de un impulso propio y, por lo tanto, desde la independencia, en el segundo caso, en cambio, los comportamientos están basados en una dependencia de algún tipo de estímulo exterior—razón, emoción, intuición o sensación.

Consecuentemente, una función introvertida es por naturaleza proactiva, en cambio, una función cognitiva extrovertida es mayormente reactiva. Según la clásica definición de masculinidad y feminidad, acción e iniciación es a lo masculino como reacción y recepción es a lo femenino.

Así también, aunque aunque existen únicos/dobles masculinos/femeninos de los 16 tipos de permutaciones de personalidades, debido a ser las función dominante y auxiliar generalmente empleadas con mayor preferencia por sobre las otras, la cúspide de la masculinidad, por así decirlo, sería aquel individuo doble-masculino con la razón introvertida como primera función y la sensación extrovertida como secundaria—como vimos, en el arreglo MBTI toda función introvertida es seguida por una extrovertida y viceversa. Similarmente, aquella persona doble-femenina con la emoción extrovertida como primera función y la intuición introvertida como su segunda, sería la mayor representación de una personalidad femenina. Traducido a los tipos, la personalidad ISTP doble-masculino es la epítome de la masculinidad y la ENFJ doble-femenino, su derivado opuesto, la mayor personificación de la feminidad.

Ahora, sabiendo de donde viene la personalidad de cada persona, incluyendo lo que identificamos como masculinidad y feminidad, ¿qué beneficios podemos derivar de este saber—como tipificar?

 

Los beneficios de tipificar

«Todo lo que nos irrita de los demás puede llevarnos a comprendernos a nosotros mismos.»

—Carl Jung

Ciertamente, existen amplios beneficios de saber reconocer tu propia personalidad MBTI ya que, como es altamente probable, esta es inmodificable. Sabiendo tus preferencias e inclinaciones te ayudará a saber cómo actuar y que es a lo que deberías aspirar con mucha mayor facilidad. No obstante, los beneficios no se quedan allí si logras poder tipificar a los demás.

Verdaderamente, la mayor razón por la que repudiamos a una persona es porque no entendemos su manera de actuar. Irónicamente, esta es la norma en lugar de la excepción, especialmente entre hombres y mujeres, al cierto tipo de personalidades ser más frecuentes en un género que en el otro. Un ejemplo claro siendo la dicotomía en funciones cognitivas razón-emoción entre sexos.

La gran mayoría de las mujeres tienen una inclinación por la emoción sobre la razón. Contrariamente, los hombres emplean la razón por sobre la emoción, esto, independientemente del acomodo del resto de las funciones. Es por esto que generalmente los hombres “no entienden a las mujeres” y viceversa—”los hombres son de marte las mujeres son de venus.” Sin embargo, aunque argumentalmente a escala menor, esto sucede con el resto de las 4 funciones y, por ende, entre la mayoría de la gente, no solo entre hombres y mujeres.

Es por esto que a veces “no entendemos a los demás,” o los demás “no nos entienden,” más específicamente en cuanto a nuestra forma particular de actuar. Y esto se acentúa si nuestra personalidad, o la personalidad de la persona con la que estamos interactuando, se encuentra dentro de las más raras de la humanidad en la actualidad—INFJ, INTJ, ENFJ, ENTJ, etc.

Ciertamente, odiamos y/o tememos lo que no entendemos. El mayor beneficio de saber tipificar a los demás es simplemente el ser capaz de entenderles con mayor facilidad—porque hacen lo que hacen. Si sabemos de dónde viene su toma decisión, el proceso cognitivo del que una acción u opinión está viniendo, seremos más capaces de entender “su punto de vista” y, por lo tanto, no le odiaremos o temeremos y, en ocasiones, hasta le amaremos.

Lo que para una persona mayormente racional puede parecerle totalmente viable, como despedir a un empleado de bajo rendimiento sin pensarlo, a otra más emocional le parecerá “despiadado” y evitará la opción en sí, tratando de hablar con la persona para “ver qué está pasando,” por ejemplo. Lo que alguien con percepción mayormente intuitiva verá desde un punto de vista “de alto nivel,” una persona con percepción sensitiva puede que no le haga mucho sentido al enfocarse más en los detalles—“los árboles no le dejan ver el bosque.”

Esta habilidad, además de ayudarnos a entender a los demás con mayor facilidad e interactuar con otras perspectivas que provienen de una diferente asociación cognitiva, fomentará una mayor comprensión y, por lo tanto amor. Una vez que sabes porque una persona hace o piensa como lo hace, no queda más que amarle por su diferencia con respecto a la tuya, especialmente porque de hacerlo de la manera correcta, estas diferencias, como en la relación de pareja, les complementan.

En negocios, siendo alguien mayormente intuitivo, te verás bien servido de hacer par con alguien, o recibir la opinión de alguien, que esté más enfocado en los detalles, sea más detallista. De esta manera tu podrás enfocarte en la visión, el “gran esquema de las cosas,” sin temor a pasar por alto los detalles para poder llevarla a cabo—no “dejar de ver los árboles por el bosque.”

En las relaciones de pareja, una polaridad de funciones cognitivas será el complemento perfecto a la polaridad sexual. Tu razón dará estructura y razón a la relación, mientras que la emoción de la otra persona le proveerá de pasión y “sazón,” y de tener familia, tú serás el orden y dirección, y ella la nutrición y comprensión, ambos ingredientes necesarios para una familia saludable y estable.

En síntesis, así como en la masculinidad y feminidad, con las funciones cognitivas no existe “mejor” o “peor,” sino que todas son un ingrediente necesario en el gran esquema de las cosas. Así también, similar a la masculinidad y feminidad, una inclinación racional, siendo esta la combinación de razón e intuición, por sus propias características, quedara mejor en una posición de alto mando—superior, en contraste con aquellas menos abstractas y visionarias, y más concretas y cimentadas, ideales para mantener el orden actual y/o hacer trabajo manual, y por lo tanto en posiciones mayormente de ejecución y obediencia—inferior. 

Aunque una relativamente superior a la otra—con más poder, ambas posiciones son necesarias ya que, de no haber personas que traigan la visión de los individuos “en mando” no existiría tampoco razón para los que mandan, y lo mismo ocurre a la inversa—sin gente que mande no habría nada que ejecutar, o al menos nada con futuro o que sea pertinente. Lo mismo ocurre con las funciones y, por ende, con las personas. Todas y cada una tienen su razón de ser. Todas tienen una importancia en el gran esquema de las cosas, más específicamente en la sociedad en el caso de la humanidad. 

Ultimadamente, no rechaces a alguien por no estar alineado con lo que consideras como “ideal,” y mucho menos a ti mismo. La realidad precede a la idealidad. Las personas preceden a la sociedad.

 

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