¿Cómo puedes convertir los obstáculos que se te presentan cotidianamente en una fuente de satisfacción?
La respuesta rápida es: mediante la reformulación.
Pero, ¿Qué es la reformulación?
En su obra “Cambio”, Watzlawick, Weakland, y Fisch nos dicen que:
… reformular significa cambiar el fondo o la visión conceptual y/o emocional en relación con la cual se experimenta una situación poniéndola dentro de otro marco que se adapta, tan bien o mejor que aquél, a los “hechos” de la misma situación concreta, cambiando así completamente su significado.
En otras palabras, la reformulación pretende modificar el significado de un determinado acontecimiento, sin modificar la situación en cuestión, o lo que es lo mismo, cambiar nuestra percepción.
La reformulación es nuestra mayor herramienta para convertir los obstáculos en satisfacción. Es una práctica que ha sido empleada desde tiempos inmemorables por filósofos, lideres, y todo tipo de hombres admirables.
«No es lo que te pasa, sino cómo reaccionas a eso lo que importa.»
– Epicteto
De hecho, la reformulación es un uno de los principios básicos del estoicismo, ya que simboliza lo mismo que la “redefinición de nuestra percepción”.
Entonces, ¿Cómo puedes aplicar la reformulación en tu vida?…
El obstáculo es el camino
«El impedimento a la acción avanza la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en el camino.»
-Marco Aurelio
Una de las maneras más rápidas y efectivas de reformulación, es reconociendo que el obstáculo que se te presenta es el camino.
Así es, lo que crees que tienes que evitar, se convierte en tu mayor herramienta para avanzar, y existen 2 maneras de llevar esto a la práctica desde ya…
Reformula tus problemas como retos
“Aquello que no nos mata nos hace más fuertes.”
-Friedrich Nietzsche
Date cuenta que el superar retos incrementará tu autoconfianza. El evitarlos la disminuirá.
Es más, independientemente del resultado, el simple hecho de enfrentarlos te fortalecerá, pero el arrepentimiento de no hacerlo, por siempre te seguirá.
Piénsalo…
¿prefieres vivir una vida mediocre, rutinaria, y aburrida; o una vida llena de desafíos, aventura, y gloria?
¿prefieres sentirte como alguien valiente e imparable o como un simple cobarde?
¿prefieres vivir arrepentido de haber fallado o de ni siquiera haberlo intentado?
En la actualidad, vivimos en una sociedad en la que nuestra masculinidad se ha visto socavada, esto, en gran medida debido a la falta de retos en nuestro camino.
En todos lados a donde miras vez hombres sin aspiraciones, con sobrepeso, y sin energías. Y aunque esto puede atribuirse en gran parte al declive en testosterona en el sexo masculino, también creo que el exceso de comodidad a afectado nuestra virilidad.
Previamente, los hombres éramos enfrentados a dificultades frecuentemente, lo cual, le proporcionaba la cantidad correcta de satisfacción a nuestra mente.
Como guerrero tenías que pelear, como conquistador tenías que conquistar, como proveedor tenías que proveer y proteger.
Ahora los mayores desafíos a los que la mayoría de los hombres se enfrenta no son siquiera de la vida real, sino de la realidad virtual.
Pornografía, videojuegos, y programas de televisión son solo algunos de los instrumentos actuales que nos empujan a evadir la acción y cambiarla por una conveniente simulación. Hemos canjeado la satisfacción real, empoderante, y duradera, por una constante—pero mediocre y momentánea—gratificación instantánea.
Recuerda que no se trata de lo que los demás puedan pensar de ti; sino de lo que tú piensas de ti. Y eso se verá reflejado en tu personalidad, éxitos, y despliegue de capacidad.
Cada vez que te acobardas es un recordatorio para tu mente de la poca capacidad que tienes para sobreponerte. Cada vez que te envalentonas creas una razón más para convencerte de la inmensidad lo que eres capaz.
No aceptes la debilidad, extrema comodidad, o mediocridad. Busca la prosperidad, crecimiento, y expresión de toda tu capacidad.
No trates de evitar los problemas, miedos, e incomodidades; recuerda que tienes sangre de guerrero, conviértelos en tus rivales.
Jamás te rindas. Lucha. Esfuérzate por mejorar, aunque sea un poco todos los días.
Créeme, algún día te lo agradecerás a ti mismo…
Reformula tus defectos como fortalezas
«Sólo hay un camino hacia la felicidad y consiste en dejar de preocuparnos por cosas que están más allá del poder de nuestra voluntad. «
–Epictetus
Si puedes cambiar algún defecto o debilidad, hazlo. Sin embargo, si es algo que no puedes cambiar, acéptalo y aprópiatelo
Por ejemplo, si te estas quedando calvo, no tienes por qué sentirte mal o desaventajado. Abraza esta característica y pórtala con orgullo. Esta cualidad te diferencia de los demás y te brinda mayor personalidad.
Ahondado mas en el tema, se ha comprobado que la cabeza rapada es asociada por la sociedad con una mayor dominancia, inteligencia, y masculinidad—solamente fíjate en Jason Statham, Bruce Willis, y Michael Jordan.
Juega lo mejor que puedas las cartas que se te han dado, recuerda que es algo que no puedes cambiar al igual que tu pasado.
Lo más importante es saber diferenciar entre lo que puedes cambiar y lo que no, pero creo que es algo que es demasiado obvio para tener que destacar.
Ejemplos de cosas que SI puedes cambiar incluyen:
- Tu composición corporal (i.e. disminuir tu grasa corporal y/o incrementar tu masa muscular).
- Tus habilidades sociales.
- Tu mentalidad.
- Tu nivel de dominio de algún tipo de oficio/arte.
- Tu lenguaje corporal.
- Tu forma de vestir.
- Tu salud general.
En fin, creo que entiendes el punto…
Distingue pues que es lo que puedes cambiar y ponte a trabajar. Encuentra lo que no y acéptalo como parte de tu particularidad.
No trates de “ser tú mismo”. Transfórmate en tu MEJOR ser. Conviértete en TU mejor versión.
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